Siempre dije que deberían confeccionarse cajones redondos para llevar a algunos muertos a
patadas al cementerio.
Nadie me hace caso.
Insisten con esa forma odiosa que deja entrever la estructura de una cruz. ¡como si todos
fueran santos! ¡por favor!
Nadie vino a decir si existe el cielo o el infierno después de muerto, pero todo el mundo dice
que sus parientes van al cielo.
De existir esa toponimia seguramente el infierno está colmado y el cielo está lleno de perros,
caballos y unas cuantas almas de humanos.
Vos, por ejemplo, que maltrataste a cuanto pobre encontraste en tu camino, que le mentiste a
la gente, que te aprovechaste de la ingenuidad o la necesidad de toda jovencita que se cruzaba
en tu ruta, sin temor a proferir promesas incumplidas y desentendiéndote siempre de las
consecuencias.
Vos que estas convencido que ser es igual a tener y valer es igual a cuánto te dan, vos que te
chupas kilos de velas para parecer creyente y en lo único que crees es en tu propio bienestar y
el mundo que reviente.
Vos que no vas a tener ningún problema en apretar el botón que haga volar al mundo en mil
pedazos suponiendo que por alguna extraña magia te vas a salvar vos solito.
Vos, que no vales ni la hoja de papel en que hoy escribo, ¡!vos te vas derechito al infierno!!
¡de patitas al infierno decía mi madre!
Vos que hablas con un lenguaje vacío diciendo lo que otros quieren escuchar, que le quitaste
sentido a palabras como solidaridad, justicia, equidad, prójimo, empatía, amor.
Vos que acumulas fortunas y objetos y decís que tenes que garantizar el futuro de tus hijos, a
costillas de los hijos de otros y suponiendo que son tan incapaces que no van a poder construir
ellos mismos sus vidas.
Entre estos tipos y yo hay algo personal dice Serrat. ¡y yo adhiero!
Y ahora estás ahí, en ese agujero inmundo, encerrado, cuidado, protegido.
¡¡Si tuviera la llave!!
¡Si tuviera la llave de la cripta, entraría para volverte a matar!
Foto de tapa: Rocío Rojo