La escritora Elena Bossi nació en Buenos Aires escogió a Jujuy para vivir y enseñar pues se desempeña como docente e investigadora en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universalidad Nacional de Jujuy. Elena Bossi ha publicado novelas, poemas, obras de teatro y ensayos. Su libro Seres Mágicos que habitan en la Argentina ha acompañado la infancia de muchos niños jujeños. Su trabajo artístico y académico ha sido reconocido con variadas distinciones nacionales, es el caso de Leer poesía, leer la muerte, que recibe el premio del Fondo Nacional de las Artes en la categoría ensayo.
Su nouvelle Otro Lugar, ganadora del Premio Eduardo Mallea, narra acerca del exilio y la violencia vividos durante la guerra. Sin embargo, no solamente nos encontramos con un relato de ficción, sino que las historias se arraigan en los recuerdos de familia, en postales autobiográficas que proyectan imágenes vividas o escuchadas por la escritora.
El relato que se cuenta en Otro lugar propone un juego que va de la escucha a la imaginación, por eso está hecho de voces pertenecientes a una familia, voces cercanas que envuelven la historia de una niña. Estos recortes de realidad embebidos en literatura dan como resultado una enigmática obra literaria que oscila entre la novela, la poesía y la autobiografía. Elena Bossi crea un lenguaje propio para hablar sobre la violencia de la guerra.
La nouvelle ofrece una mirada particular que se sostendrá a lo largo de su desarrollo. Desde debajo de la mesa y oculta detrás del encaje del mantel, Patricia, siendo una niña, ve el pasado de su familia a través de las conversaciones de los adultos que llegan hasta ese lugar singular. Desde allí inicia un viaje hacia la infancia de su abuela, madre y tías compartiendo sus miedos y curiosidades, pero también es testigo de hechos terroríficos que definen el destino de aquellas.
Como si fueran fotos de un álbum, la niña recorre la genealogía de mujeres de la familia: Carla, su abuela, joven y a punto de casarse; Santina, su bisabuela, que llora de impotencia por no poder explicarle a su hija lo que pasará en el lecho nupcial. Entre las ilusiones y los miedos, el silencio de Santina convoca las violencias que sufren las mujeres de esta familia; silencio que no acaba con su muerte sino que se transmite a sus siguientes generaciones.
El tiempo pasa rápidamente. Mira a Carla, mujer casada, atenta a los mandatos de su marido y de su padre. En otro instante ve la infancia de su madre. Observa el nacimiento de sus tíos como así también conoce el deseo y curiosidad que siente su madre por saber cómo llegan los niños al mundo. Las metáforas tiernas de la maternidad se quiebran e irrumpen en la narración los dolores y sufrimientos de las parturientas. La nouvelle juega con la idealización y la realidad, con la serenidad y el caos, con el encubrimiento y el descubrimiento del mundo familiar y social.
Por eso, la infancia tranquila se ve repentinamente interrumpida por la llegada de la guerra y con ella la escasez de alimento, las trincheras en el patio, los aviones que vienen, las bombas que caen. Patricia, debajo de la mesa, siente que los mayores bajan la voz, como queriendo esconderse de la guerra. Pero por más lejos que corran, la guerra siempre los alcanza y se abalanza sobre los recuerdos, mancillando mujeres, quebrando vidas.
Patricia, que sigue debajo de la mesa, ve otras imágenes y registra la experiencia de los otros y se apropia de ella: son las formas de sobrellevar las vivencias de la guerra pero sin lograr desprenderse completamente de estas. Son heridas y cicatrices que los hechos violentos han dejado en ellos.
Leer Otro Lugar de Elena Bossi es leer la historia de distintas familias. Reconstruir a partir de recuerdos fragmentados, un mundo que hasta entonces estaba oculto, historias silenciadas de amor, de asesinato y guerra que, debido al impacto que producen, dejan una marca imborrable en la memoria. Esta historia se transmite de generación en generación hasta que finalmente llegan hasta Patricia quien se anima a recorrer los laberintos de la memoria para encontrarse con el monstruo de los recuerdos de la violencia extrema que forma parte de su identidad.
Patricia es la intermediaria, la voz que quiebra el silencio decidido u obligado, es la voz mediadora de otras voces que no pueden ser escuchadas. Estas voces pertenecen a otro lugar, el lugar de la conciencia, del recuerdo y finalmente el lugar del olvido. Estas voces atravesadas por la violencia van a configurar un cuerpo astillado y una memoria hecha de fragmentos que se incrustan en el propio cuerpo literario. Cada página aparece como una esfera aislada, con su propio espacio y tiempo, por lo tanto la propuesta de lectura es múltiple: o se leen capítulos de una única historia, o microrelatos o poemas. Esto es posible debido al estilo lírico que caracteriza la escritura de Elena Bossi, pero también a que en las páginas se recortan palabras ajenas, miradas y recuerdos que se entrecruzan, pertenecientes a distintas personas del núcleo familiar. Será trabajo nuestro decidir cómo leemos y, guiados por la mirada de Patricia, ejercitaremos el arte de enhebrar recuerdo por recuerdo de una historia familiar marcada por la guerra y la violencia del siglo XX.

*(FHYCS-UNJU)