Aquí vivió mi madre campesina,
aquí, mi padre labrador y arriero.
Sencillamente, todo lo que quiero
aquí dejó su gota cristalina.
Si lo que está grabado en mi retina
quedó conmigo siempre prisionero,
desde el gastado umbral hasta el alero,
desde la flor humilde hasta la espina;
Si lo que soy, que es poco, casi nada,
tiene la misma fuente de partida
porque me viene de la tierra amada,
Justo es que vuelva, entonces, y le pida
cuando ya nada espero de la vida,
en su regazo, muerte sosegada.
Antología de la Literatura Jujeña - 2020
Fuente: Zerpa, D. (2015) ¡Juira… Juira!. Salta: Editorial Milor.