Qué pocas son las cosas que dejo entre tus manos: la luz de los inviernos; la paz del limonero; los pájaros, señores de sencillos arcanos; y un cielo de poemas con la luna de Enero; los versos necesarios de estos días humanos, que el tiempo va llevando con su andar de aguacero; la lluvia que es el llanto de los mundos lejanos; los cielos que volaron y los cielos que espero. Rosita de las brisas que no tienen pasado; paloma de las tardes, manzano peregrino de las cuatro estaciones de un padre ilusionado, te sueño con las galas del otoño y del trino. Dichoso entre las flores de un año enamorado, una estrella en el Este se me volvió camino Fuente: Groppa, N. (1973) Carta terrestre y catálogo de estrellas fugaces. Jujuy:Colección Buenamontaña.