Sergio Aramayo*
Es necesario antes del relato de la experiencia realizada por cuatro miembros de la red de instituciones y Ongs. de Jujuy, realizar una apreciación sobre algunos conceptos de desarrollo.
Entendiendo que no hay ningún modelo de desarrollo sin que exista un sujeto que lo ejecute, el desarrollo o el modelo pensado no es, ni puede ser, el resultado de una teorÃa, por más perfecta que esta parezca, si no se inscribe en la realidad social y polÃtica de la región en la que se pretende actuar. Tiene vital importancia el estudio y el conocimiento de la conformación histórica del territorio, de su estructura económica, de la relación entre sus fuerzas productivas, de la idiosincrasia de sus habitantes y de la participación de estos en la estructura de poder. También resulta necesario estudiar los cambios que se han producido a nivel internacional, sobre todo en la disputa por la hegemonÃa del control de los recursos naturales y su influencia en el territorio.
Bajo este concepto, el proceso de desarrollo, necesita de algunas condiciones claves. Hace falta un grupo social decidido a cambiar los actuales modelos, con suficiente poder para realizar sus objetivos de reestructuración de la economÃa y de la sociedad y el paÃs donde actúa. Sin perder de vista que en definitiva la responsabilidad del desarrollo, es y será obligación del estado público.
Hace falta que en esta tarea se combinen las necesidades de la coyuntura con las demandas a largo plazo, considerando que no hay un proceso de desarrollo que no sea consecuencia de polÃticas participativas y estrategias plurales, que contengan los intereses de la mayorÃa de los habitantes de una región o un paÃs.
Apoyarse en la gente, y en su protagonismo activo, para sostener y desarrollar un nuevo modelo, creando herramientas y mecanismos de participación en la toma de decisiones, bajo el concepto de la construcción colectiva y la responsabilidad individual. Sin perder de vista que en todo momento es la gente y sus organizaciones quienes deben ser protagonistas, y las que desde el inicio deben apropiarse del proceso y ponerlo a su servicio.
Debe quedar claro que la base de sustento de los programas y modelos que se conocieron tienen un alto contenido filosófico e ideológico. Sin perder de vista que el paÃs visitado tiene un grado de desarrollo polÃtico y social muy distinto y superior al nuestro, es posible que los logros por nosotros conocidos y estudiados dependan en gran medida de la condición de haber resuelto y asegurado condiciones de vida básicas y fundamentales para sus ciudadanos. (hambre, infraestructura, vivienda, salud, seguridad social, etc.)
También resulta destacable el grado de tolerancia polÃtica que se percibe en los grupos que ejecutan programas de desarrollo.
Tampoco debemos dejar de entender la necesidad de cooperación que se manifiesta a través de infinitos medios, con la Comunidad Económica Europea, al margen y disociada de la disputa que hay sobre los recursos de América Latina, entre aquellos que impulsan el ALCA y los que prefieren la relación MERCOSUR-CEE.
AsÃ, el Método LEADER responde a una polÃtica agraria de la CEE, pensada para Europa, con su realidad, sus recursos, su historia, sus intereses, sus culturas y sus habitantes.
El programa, pretende poner en valor y re-funcionalizar elementos, recuperar usos y costumbres propios de cada territorio, favorecer el control de esos recursos, la producción y el uso del territorio. La reorganización de una economÃa rural en riesgo, la recuperación de población (joven), la reactivación de la economÃa de las comunidades en los territorios y la generación de empleo.
Tiene como ejes, la sustentabilidad, la protección del medio ambiente, la participación y la gestión asociada.
Han tomado como estrategias, favorecer la autoestima, la valoración de lo local, la generación de conciencia territorial, la promoción de un desarrollo endógeno, y por sobre todo la instalación de una âventanilla únicaâ donde se controle el ingreso y egreso de recursos evitando la dispersión de estos en el territorio.
Se puede observar que no se trata de una suma de proyectos, sino de una multiplicación geométrica, donde los profesionales que trabajan en ellos, son militantes de un modelo.
Con estos criterios, queda claro que la ecuación territorio, programa, grupo (TPG) en que se sustenta el esquema básico de aplicación de la metodologÃa LEADER, adquiere una mayor trascendencia, por que no se trata sólo de un grupo de personas de buena voluntad que viven en un lugar y quieren hacer algo.
Este modelo se apoya y apoya a distintos emprendedores y sectores, desde pequeñas y grandes cooperativas, pequeños y grandes empresarios, hasta pequeños emprendimientos de gente sin tantos recurso económicos pero con ideas. Sobre todo hace, hincapié en los proyectos desarrollados por mujeres y jóvenes de mayor generación de empleo.
No es un programa de ayuda a los pobres sino un modelo inclusivo, que pretende dinamizar a la población para que participe en sus propios procesos de desarrollo.
Es un modelo sostenible de aprovechamiento de los recursos naturales, patrimoniales, culturales, etc., que pretende reivindicar ante los poderes públicos, los derechos ciudadanos.
|