De cara a las generales de octubre, el panorama polÃtico local aún se estremece después de las imperdonables muertes en el asentamiento de Libertador, del huracán de las tomas de tierras y viviendas y de los inesperados resultados de las primarias.
Sin entrar en detalles, casi toda la dirigencia, entre silencios inaceptables y excesos verbales aún más inaceptables, mostró sus miserias sin pudor:
-Primero y principal, la no aceptación de las advertencias que se le hicieron al gobierno mucho antes de que explotaran las cosas en Libertador, más allá aún de la fragmentación y la pugna permanente de sectores en el oficialismo, lo que de por sà relega al ejecutivo a desconocimiento y/o confusión de lo que sucede en la provincia.
-Segundo, y también principal, cómo se puso en evidencia la oposición al no hacer un sólo comentario con sentido vinculado a los asesinatos de los civiles y del policÃa; concretamente, los dos primeros dÃas, la UCR y LyDER sólo tuvieron condenas hacia el gobierno y se âdistrajeronâ de los hechos concretos defendiendo a un juez que no necesitaba nadie que abogara por él y evitando, cuidadosamente, aludir a la empresa que, como pocas del paÃs, sigue siendo imperante e imperiosa en su dinámica. Tema que indudablemente incidió en el triste resultado electoral que obtuvieron el domingo 14.
-La miserable actuación de los medios más importantes de Buenos Aires en su confrontación con el oficialismo nacional, que estuvieron instalados con las cámaras desde antes que comenzará la función y transmitiendo, literalmente, desde el primer charco de sangre.
-La aún más miserable actuación de los medios masivos locales que tardaron dos dÃas en âenterarseâ; para muestra el botón de Canal 7 que, a 24 horas de los asesinatos, en el noticiero central, encaraba una entrevista sobre las funciones de una escuela de comedia musical y pasaba una suerte de escueta información de prensa -tipo anuncio de corte de luz- sobre los hechos de la vÃspera.
-El desborde y el caos social de las tomas, que se produjeron casi sin que hubiera un respiro. Tomas que tuvieron y tienen que ver con masivas necesidades reales; con los que creyeron hacer negocios polÃticos alentando a la gente a asentarse, con los malandrines de siempre y, sobre todo, con los sinvergüenzas disfrazados de polÃticos para incrementar sus fortunas.
-La apurada decisión de cortar las cabezas del ministro de Gobierno y del Jefe de PolicÃa pero no la intervención del Instituto de Viviendas que era, por lo menos, tan determinante como lo anterior, ¿quién se hubiera enojado tanto si se lo intervenÃa? ¿A quién o a quiénes le tienen tanto miedo? Le aseguro que no a Milagro Salas, por lo menos en este caso.
En esta edición de La Revista hay distintas miradas sobre la cuestión, desde la historia del azúcar hasta cómo es el ordenamiento de la entrega de lotes y/o viviendas para la gente que reclama, que creemos dan un panorama, seguramente incompleto, pero que no deja de ser aproximado al presente polÃtico social de Jujuy.
Pero en la velocidad de los hechos, en la sucesión de reacomodamientos de las pugnas polÃticas (también de las organizaciones sociales y sindicales); en la madre de todas la campañas que se va a dar en Capital; en la anomia de distintos sectores sociales que no tienen (o no tenemos) ni alerta ni capacidad de respuesta frente a la violencia que nos sobrecoge, temo que nos olvidemos de Alejandro Farfán, Ariel Farfán, Félix Reyes y Juan Velásquez.
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