Gimnasia y Esgrima, el “Lobo”, vuelve a ser esperanza. Como siempre, a la hora de un nuevo comienzo de la “B Nacional”, desde hace varios años renacen las expectativas. O –mejor dicho- se vuelven a juntar (como si fuera obligatorio) las ansias, las ganas, las especulaciones, los deseos. Todo en favor, o con la excusa de “un Lobo de Primera”. Como el fútbol continúa en el primer lugar de las preferencias del ciudadano hincha, el fútbol (a pesar de los sinsabores repetidos, de las imposibilidades, de los apoyos que se prometen o no, que llegan o no), el fútbol convoca. Y este es el tiempo. El momento que llegará en no más de 20 días, del hincha. El momento en que –renovado su ánimo- volverá a crecer o a querer crecer.
Se larga otro Nacional B, y ahí, en el nuevo punto de partida, está (para el que siente de alguna manera el deporte y el fútbol) “en gateras”, la expectativa jujeña, lista para el intento.
Entre tanto, ya –en el entorno del fútbol- todo es especulación. Análisis o deseos. Estimaciones o esperanzas. Se dice, por ejemplo, que habrá que ver si el recambio (esta vez numeroso) intentado desde la dirigencia “loba” y con la conducción del técnico Ferraro (Francisco) significará –además de una renovación- una alternativa concreta en favor del objetivo de “pelear en la punta” o “volver a primera”.
Por ahora serán casi una decena los nombres nuevos (casi todos supuestos titulares) en el plantel. Eso es lo que observan los periodistas o los hinchas que siguen el recomienzo.
Más aquí de los nombres (que aparecen como “refuerzos” en todos los sectores del once, desde el arco a la zona de ataque, queda ya instalada la pregunta de siempre, “del millón”, que usa el simpatizante del fútbol: “¿serán buenos los nuevos?”. “¿Aguirre, Arce,. Maidana, Quinteros, Juárez, Agoglia, Flores, Coronel y los otros que llegan, podrán junto a Ferraro, lo que no pudieron quienes se fueron o pasaron por la formación loba en los últimos diez años?”. En este tiempo el hincha apela a sus ilusiones y acude a la esperanza como ejercicio fundamental para mantener su vocación.
Con la esperanza –diría algún analista-es imposible estar seguro. Pero tal vez sea la esperanza un universo. El único universo que finalmente le queda al hombre. Es imposible una afirmación. Pero en ese caso, pobre esperanza la del hincha. Será siempre esperanza. Cuando la duda irrumpa, en el grito del hincha desde su tribuna, estará la esperanza, como una fuerza inevitable, imparable, inclaudicable, que tiene que ver con el fútbol –quizás solamente con él- y todas sus extrañas virtudes y desgracias.
Poesía aparte, Gimnasia y el fútbol jujeño, de alguna manera, viven hoy un nuevo tiempo de esperanza. De fe, dirían los más osados. Si en los intentos precedentes las esperanzas fueron frustradas, ahora se recomponen, se ponen de pie, se desperezan y “vuelven al campo de juego”.
Como en cada comienzo, se abre un nuevo crédito. El que –por lo menos por algún tiempo (algunas fechas) estará vigente.