El inicio de este año no fue positivo para los equipos de fútbol de la provincia que nos representan a nivel nacional. La historia arrancó con Talleres de Perico, que jugará la próxima temporada en el Torneo Argentino âBâ, después de la pésima campaña realizada y la ineficiencia de los dirigentes que no supieron mantener al club en una categorÃa importante, la que da paso al Nacional B.
Lo de Talleres fue muy preocupante, porque en esta última etapa no funcionó ninguna de las columnas que deben llevar adelante una institución. Primero y principal porque los dirigentes nunca se comprometieron a sacar a flote al club con un proyecto serio, siempre se tapó agujeros y la pasión pudo más que el rol dirigencial. Cuando se fue el ex presidente José Luis Benedetto y dejó al club casi sin defÃcit, según el mismo dijo, muchos creyeron que el club podÃa mantenerse en la categorÃa, pero las sorpresas comenzaron a llegar.
Los contactos de Jorge Gurrieri, quien se hizo cargo de la entidad, parece que no eran los mismos que manejaba el ex presidente, y en Jujuy cuando no tenés a quien tocar para pedir ayuda te vas como venÃs. Asà se fue Gurrieri, muy poco le duró la presidencia, porque se encontró con un club sin demasiado dinero, con deudas a jugadores y a técnicos a los que habÃa que pagarles igual. Pero la falta de ideas y de compromiso de los demás dirigentes, hizo que Gurrieri se quedara solo, prometiendo cosas que nunca cumplió. Ese fue el peor momento de la institución que sin solidez económica no pudo mantener a su equipo en el Argentino âAâ.
Otro gran problema de la dirigencia es la falta de conocimiento para la elección de los jugadores, responsabilidad que le corresponderÃa al técnico de turno en ese momento, Eduardo Juárez, quien pidió jugadores de la categorÃa pero terminó aceptando refuerzos del fútbol chacarero.
En la cancha los jugadores hicieron lo que pudieron con sus propias limitaciones, en definitiva los dirigentes trajeron desconocidos que se fueron por la puerta de atrás con técnico y todo y los que se quedaron tampoco aportaron demasiado. En ese momento se inicia el descenso del equipo periqueño, no sólo en lo futbolÃstico, sino también en el error y la inoperancia dirigencial permanente.
No se puede vivir esperando que el Estado mande la ayuda mensual para mantener un club, no se pueden aceptar las decisiones del Consejo Federal de AFA, que fueron destructivas en contra de Talleres y quedarse con los brazos cruzados. Falta de experiencia y sagacidad de los dirigentes, una de las patas claves del descenso del equipo que de acuerdo a como viene, por mucho tiempo estará lejos de la categorÃa. Claro que tampoco Oscar Mogro, a cargo de la presidencia del club, pudo solucionar demasiado, llamó a Aniceto Roldán pero ni siquiera el técnico que pedÃa la gente hace mucho tiempo, pudo salvar al âExpresoâ.
En la última parte Juan de la Cruz Kairuz se hizo cargo del plantel y casi se da el milagro, Talleres pudo haberse quedado en el Argentino âAâ, a pesar de los inconvenientes, situación económica, falta de pago a los jugadores por más de cinco meses. A pesar de todo eso Talleres casi se salva, pero no hubo nada que hacer, sin contactos, sin ideas y sin esfuerzo de los dirigentes es imposible crecer.
Un párrafo aparte para los hinchas que en las buenas parecen estar siempre, y en las malas es otra cosa, Talleres jugó algunos partidos con no más de 500 personas, asà tampoco se puede y ojo que no es sólo problema de Talleres de Perico, también pasa con Gimnasia. En Jujuy no hay cultura de hincha, ese que como en Tucumán o Rosario te aguanta siempre, en el Torneo del Interior, Argentino B o A, en la misma B Nacional, en esos lugares la gente va a la cancha porque siente el fútbol como una costumbre, juegue contra el equipo que juegue, pasión pura y perdónenme algunos hinchas que si tienen aguante, pero en Jujuy hay muy pocos que vayan a la cancha porque lo sienten. Esos que van cuando quieren son los primeros en criticar y dudar de todo, lo que también es una ingratitud que reciben jugadores, técnicos y dirigentes.
Pero el fútbol jujeño es una sumatoria de problemas, cada vez más se pondera la organización de los campeonatos de veteranos, profesionales o ligas de los barrios, es increÃble pero esas canchas tienen más gente que un partido de campeonato de la Liga Jujeña, Departamental o Regional de Fútbol. Los que no clasifican a una liga mayor, los que no te dan como beneficio una plaza para que puedas participar en un torneo de AFA, convocan más gente.   Sin embargo no podemos dejar de mencionar el esfuerzo que hacen algunas instituciones como Talleres de Perico o Zapla de participar en un torneo del Consejo Federal, aunque se queden en el camino como le pasó al âmerengueâ, equipo que también debió remarla para clasificar hasta la cuarta instancia. En este caso los resultados deportivos no acompañaron, pero los dirigidos por Horacio Zingariello dejaron en el camino a varios equipos de la zona.
También hubo errores dirigenciales que casi dejan afuera de una instancia al club por culpa de papeles mal hechos y desinformación. La dirigencia jujeña es muy precaria y si no hubiese sido por la ayuda de popes del fútbol jujeño como Ulloa o Manzur, Zapla podrÃa haber perdido en los escritorios con Monterrico San Vicente, otro de los clubes que intenta ser protagonista en el fútbol jujeño y que, deportivamente, no llegó por los resultados.
La dirigencia tabacalera siempre buscó tratar como cuasi profesionales a sus jugadores y en algún momento subirán, porque el objetivo se lo proponen todos los años, con dirigentes que aportan, sacan plata de su bolsillo y se comprometen, aunque este año también se hayan equivocado en algunas cuestiones, quizá por falta de experiencia.
Lo cierto es que el fútbol jujeño está bajando su nivel futbolÃstico, los dirigentes traen a los clubes lo que pueden y a veces lo que quieren. En Gimnasia pasa eso, por no comprometer la situación financiera del club se traen jugadores limitados, refuerzos sin trascendencia, lo que queda del mercado que ya compraron en dólares Boca o River. Cambiar el sistema de elección serÃa poner en riesgo al club, salvo que se decida apostar a las divisiones inferiores, pero si los clubes no tienen un trabajo serio es difÃcil en el trabajo con los juveniles, ya que no se los prepara para ser profesionales, será muy difÃcil lograrlo. Entonces en casa torneo que se juega se traen refuerzos con contratos por un año y si sirven siguen y asà los presupuestos se achican siempre, eso también hace que el equipo renueve la mayorÃa de sus jugadores en un año y los que se querÃan acostumbrar a transpirar la camiseta porque la quieren, saben que no les debe importar demasiado porque son concientes de que si no les fue bien, están lesionados o no rindieron, en un año se van, todo lo contrario a lo que pasarÃa con un chico que se inicia en la escuela de fútbol, sigue por las inferiores y después pasa a primera.
Otro caso llamativo también en Gimnasia es el de varios jugadores que son reconocidos por otros clubes y en el equipo jujeño quedan libres, para qué funciona entonces la escuelita de fútbol o las inferiores, si no van a seguir un camino en primera, quiere decir que el trabajo de los profesores es muy malo, porque la verdad no llega nadie. Entonces termina un torneo, los refuerzos se van y ya hay que buscar otros, refinanciando la deuda con los anteriores y pagándoles a los que vendrán.
Asà también le pasa a Talleres, Zapla y otros equipos de la zona. No hay sentimiento por la camiseta porque salvo algunas excepciones vienen y se van. El descenso del fútbol jujeño tiene un motivo principal y contundente y que no es la falta de resultados o el planteo táctico de algún técnico, el problema es la falta de interés de los dirigentes en sacar chicos de las inferiores o repatriar a quienes se fueron.
Monje en Ferro, Carabajal en Colón, son algunos ejemplos de la cantidad de chicos jujeños que prueban suerte en otras instituciones, porque en Jujuy no se los tiene en cuenta, parece que interesara más el negocio con algún representante para traer tal o cual jugador y después sumar cuánto queda. Es la realidad, los jugadores buenos están pero no se los aprovecha y no creo que sea inoperancia, sino porque no conviene y asà el fútbol jujeño se cae, como ahora con ningún equipo en primera, y quedándonos cada vez más lejos del fútbol verdaderamente profesional.Â
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