Hemos hablado del tema en los últimos números de La Revista, lo hemos anunciado, lamentándolo, Pero la cuestión merece aún mayor análisis. La mala noticia se venía anunciando desde hace varias fechas, el descenso de Gimnasia y Esgrima de Jujuy era casi un hecho, se palpaba partido tras partido, aunque alguna esperanza quedaba ese hilito muy fino se cortó ante Vélez, equipo que vino al 23 de Agosto a recuperar la cima del campeonato. La derrota ante los posibles futuros campeones del fútbol argentino, había consumado lo que nadie quería reconocer. Sin embargo en el dramatismo que genera todo descenso, Gimnasia sabía que la historia estaba perdida desde hace varias fechas y había que aceptarlo. El único gol del partido que marcó Cristaldo, reflejaba todos los goles que habían entrado injustamente en el arco que muy bien defendieron Pezzutti y Nereo, a pesar de todo. Así los hinchas se daban cuenta que no quedaba nada más por hacer, el paciente en terapia intensiva se había cansado de pelear, comenzaba a bajar los brazos, la impotencia se apoderaba de cada uno de los jugadores, hasta del bueno de Mateo, batallador cien por cien. Los altibajos del Lobo fueron los causantes de que el equipo deba jugar ahora en la B Nacional. Labruna se fue y dejó un equipo armado que jugaba bien pero que no hacía goles, Arzubialde con el mismo plantel arrancó ganando dos partidos y la ilusión nos invadió a todos, pero después todo volvió a la normalidad, Gimnasia seguía abajo y así terminó. No hubo caso, ni siquiera el envión inicial de Arzubialde le alcanzó a Gimnasia para quedarse en primera. El Lobo, que será un protagonista de lujo en la B Nacional, mantiene aún el record en primera por su permanencia como club del interior del país. Pero a pesar de todo no hay consuelo, el que siente de verdad la camiseta jujeña sabe lo que se pierde, prestigio, reconocimiento y muchas cosas más, aunque el amor por la camiseta seguirá estando, en la B, la C o primera, sino acuerdense como despidieron al equipo cuando perdierón con Vélez, no es común que un club que se va al descenso sea despedido con el tradicional “a volver a volver”. El fútbol de norte perdió un representante de lujo, por su comportamiento en el torneo, por sus grandes partidos, por los batacazos que no faltaron ante los más grandes, Boca y River incluidos. A la hora de analizar los motivos o las causas de la caída libre, siempre caemos en la convicción de que la acumulación de malas campañas, fue determinante. Los dirigentes aguantaron procesos de técnicos que no debieron quedarse en Jujuy ni siquiera tres partidos, la perseverancia de la dirigencia y el respeto de la misma a cumplir con los contratos sumergió al plantel en el fondo de la tabla del cual no pudo salir. Derrota tras derrota, los jugadores sabían que después de haberse salvado de milagro en el torneo anterior, los 50 puntos en este torneo eran indispensables para seguir en la máxima categoría, pero los altibajos de jugadores de jerarquía no le permitieron al Lobo quedarse en la A. Gimnasia quedó demasiado lejos de ese obejtivo y su descenso está decretado, aunque Arzubialde luego de su debut con victoria ante Independiente, estuvo cuatro partidos sin perder donde sumó nueve puntos de quince posibles. Sin embargo River y Central se encargaron de volvernos a la realidad, fueron dos derrotas seguidas que lastimaron el ánimo del plantel. Luego el empate con Banfield y las declaraciones del entrenador Arzubialde admitiendo que "técnicanente estamos descendidos", no hicieron más que estirar una agonía que terminó con la derrota ante Vélez. Gimnasia retorna a la B Nacional luego de cuatro temporadas seguidas en la Primera, pero da la sensación que no es un club para jugar en la segunda categoría del fútbol argentino, la mayoría de los hinchas piensan que van a volver y que la historia se encargará de demostrar que al Lobo no le pasará lo mismo que a los “salteños”, sólo por poner un ejemplo, o que los mismos tucumanos que suben y bajan en el mismo año. Gimnasia llega y se mantiene, aunque cada vez por presupuesto la historia se complica más. Ahora intentará hacer lo mismo para este torneo, según manifestó el Presidente Raúl Ulloa, “nos invade un dolor tremendo, pero estamos trabajando para contar con el mejor equipo para la categoría”, lo que quiere decir que habrá refuerzos pero que se acomodarán al torneo que juegan, la “B”.  Al mismo tiempo el éxodo de jugadores, también fue anunciado por al propio Ulloa, “la mayoría seguirá en otros clubes”, algunos jugadores de Gimnasia, como Busse y Gómez serían vendidos, otros como Pezutti, Cahais, Calandria, Fileppi, Mateo, Ladino, Loeschbor, Rocco y algunos más seguirán su carrera en otros clubes porque no renovarán sus contratos o porque tienen ofertas mejores que la de jugar en la B.
      Claro que también hay que pensar en las decisiones del técnico Héctor Arzubialde y cuáles serán sus aspiraciones para el próximo torneo, con qué jugadores quiere contar y qué clase de refuerzos pretende tener. No sería mala idea comenzar a remover las inferiores, ya que él conoce el semillero de Gimnasia. Los jugadores jujeños le pueden dar más identidad al equipo aprovechando que la B es un torneo de menor exigencia técnica, pero hasta ahora nada se sabe, hay que esperar, queda una fecha para disfrutar de la primera, aunque la dirigencia ya trabaja en el futuro, pensando que muy pronto se puede volver. Los hinchas esperan que sea cuanto antes, un grande del interior, mal que le pese a muchos no debe estar afuera, aunque con esta noticia muchos celebran no hacer un viaje tan largo a Jujuy. En eso si perdemos, pierden los hoteles, el movimiento de la ciudad, la falta de hinchas visitantes, porque en la segunda categoría los hinchas visitantes no pueden ingresar a la cancha. Gimnasia jugará a otro nivel, con bajo perfil y tratando de sacar la cabeza cuanto antes, pero la institución permitirá en muy poco tiempo que el equipo regrese a primera.
      Se perdió la categoría y la vida del club seguirá funcionando con una sede propia, con campos de entrenamientos aptos para la práctica de fútbol, con un estadio que puede crecer gracias a la futura sede de la Copa América y con las ganas de una dirigencia nueva que sabe que si hay club hay esperanzas de volver.
      Para los que llevan la contra siempre y se quejaron todos estos años del precio de los abonos y las entradas, les cuento que ahora deberán gastar unos pesitos más para ver a Boca, River o Independiente, aunque bancarse unos cinco horitas a Tucumán, cargar mucha nafta en el vehículo o pagar un colectivo confortable y todavía pagar la entrada, no es mucho ¿no?, que lo disfruten muchachos, ustedes se lo merecen.  Para despedirnos hasta que llegue la B, los números cantan que el descenso de Gimnasia no es de ahora, hasta la próxima vuelta. 

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