Periodismo de y para mujeres
âLa Mujerâ, de Tiempo Argentino
Margarita PlacÃ
En el pasado abril se cumplieron diez años de la aparición de âLas/12â, del diario Página/12, un hito importante en la historia del periodismo enfocado hacia lectorados femeninos porque desde sus comienzos planteó una mirada distinta a la de los suplementos tradicionales, que relegan a la mujer al mundo de las ollas, las sartenes, la moda y la estética. En el marco de este aniversario resulta oportuno desempolvar de las telarañas de la historia a âLa Mujerâ, el suplemento de Tiempo Argentino que además de haber sido uno de los primeros en su tipo, supo captar las nuevas tendencias sociales que emergieron en la Argentina post dictatorial.
âToda crisis es una oportunidadâ. Frase hecha si las hay, pero no por ello exenta de verdad. Nuestro querido paÃs sufrió durante años de la inestabilidad polÃtica, y con ella los medios de comunicación también tuvieron sus vaivenes. Por falta de conciencia social, por censura, por autocensura, ciertas cuestiones quedaron fuera de la agenda de los medios, y los sujetos protagonistas de los acontecimientos eran excluidos también. Sin embargo, siempre ha habido honrosas excepciones a la regla y, en algunos casos, el clima de âcambio de épocaâ funcionó como una etapa inaugural en la que ciertos temas latentes en la sociedad argentina encontraron un lugar para salir a la luz.
El 17 de noviembre de 1982 se publicó el primer ejemplar del suplemento femenino âLa Mujerâ del diario Tiempo Argentino.
El momento de transición del autodenominado âProceso de Reorganización Nacionalâ -instaurado el 24 de marzo de 1976- a la democracia -con la asunción de Raúl AlfonsÃn el 10 de diciembre de 1983- implicó un momento de quiebre y una oportunidad para que surgiera un espacio que se ocuparÃa de ciertas problemáticas de la condición femenina, que por mucho tiempo habÃan estado ausentes de los medios.
MarÃa Moreno (periodista, cronista y crÃtica cultural. Fundadora de la revista Alfonsina -uno de los primeros medios feministas de la Argentina-, sub editora del suplemento âLas 12â del diario Página/12) fue el alma de esta aventura periodÃstica junto a Moira Soto (Periodista, especializada en crÃtica de espectáculos, cultura, vida cotidiana y la problemática de la mujer, que ha escrito en La Opinión, La Prensa, Tiempo Argentino, ClarÃn y La Razón, entre otros, además de participar como columnista en programas de televisión y de radio como "Jaque mate" en la Rock & Pop y âMagdalena TempranÃsimoâ), y a Carmen Fernández Sampedro y Graciela Rizzo.
En el imaginario social, los momentos de crisis hacen resurgir problemáticas sociales no resueltas, y son la ocasión, la excusa, para resolverlas. Para este cuarteto de periodistas, la vuelta a la democracia se convirtió en esa excusa ideal para impulsar cambios en la realidad de la mujer. Intentaron, a partir de la recuperación de la enunciación en términos femeninos, modificaciones estructurales en las construcciones culturales que exaltaban la función materna, la responsabilidad de la madre, el modelo de la sexualidad reproductiva y la represión sexual femenina.
Desde el suplemento empezaron a permitirse poner en letra de molde miradas, concepciones y preguntas de las que, hasta entonces, âno se hablabaâ.
El destape que se daba en España -aquà fue la denominada âPrimavera Alfonsinistaâ- tenÃa su correlato en la Argentina, y en el suplemento se manifestaba a través de una mirada atenta y despierta sobre las cosas que acontecÃan en el paÃs y, particularmente, a la mujer. La cuestión femenina pretendÃa exceder la moda, lo doméstico.
Desde sus páginas, âLa Mujerâ intentaba romper con el âsistema de roles estereotipadosâ, realizar nuevas definiciones, rescatar la historia y el saber de la mujer, y asà tratar de construir nuevos paradigmas. Para ello, su agenda temática se ocupaba de impulsar el trabajo femenino, polemizar sobre la ausencia de educación sexual, debatir sobre el aborto, reclamar por la ley de divorcio y la patria potestad compartida, despertar el espÃritu participativo de sus lectoras, impulsándolas a involucrarse en sindicatos, o la cooperadora de la escuela de sus hijos.
El suplemento intentó concientizar a las mujeres sobre la situación de subordinación a la que estaban sometidas por mandato cultural, impulsando la ruptura de ese patrón para favorecer la construcción de una nueva subjetividad femenina que quebrara la división del mundo concebida por el patriarcado en las dos esferas: la pública -de dominio masculino y relacionada con lo laboral, polÃtico y económico-, y la privada -pertinente a la mujer, cuyo universo era el doméstico-. Por eso la constante mención del tema laboral en sus páginas, abordado desde diversas aristas (desde los aspectos legales hasta los psicológicos) e incitando a la mujer a zambullirse en esa esfera de âlo públicoâ.
La mujer argentina de clase media en los `80 comenzó a percibir que habÃa oportunidades de ser mujer de otra manera. Su rol más activo en el ámbito familiar, su incorporación en el terreno laboral, sumando sus ingresos económicos a los del hombre, y el auge del feminismo, produjeron un vuelco primordial, que marcó la década.
Sin duda podrÃa afirmarse que el mayor mérito del suplemento âLa Mujerâ fue que intentó atraer la atención sobre determinadas cuestiones de la naturaleza femenina que habÃan estado alejadas de la agenda de los medios por mucho tiempo. Y lo hizo con cierto atrevimiento, ya que habÃa una clara voluntad de sus hacedoras de correrse de los enfoques tradicionales para comprometerse con temas que los medios no encaraban.
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