Aunque cuando sale de la cueva se pierde

      Después de varios kilómetros recorridos, plagados de angustias, injusticias, frustraciones desilusiones y muy pocas alegrías, parece que Gimnasia encontró lo que hace tiempo estaba buscando: el camino de otra salvación. Si señores, una salvación más, porque si bien nada se define en éste torneo, el año que viene la suma de los dos campeonatos implica si el Lobo Jujeño se queda en el mundo de los grandes o baja a las tinieblas, de las que hace dos años logró escapar. El Salvador sigue siendo el mismo, pero con un poco más de desgaste; Mario Gómez , ese que llevó a Gimnasia al ascenso, el que se ausentó por un tiempo y luego volvió para salvarlo otra vez, ese mismo, quiere repetir la historia.
      Con Gómez, Gimnasia intentará zafar de la zona comprometida, para muchos el mismísimo infierno, nunca pelear por una Sudamericana. Si bien en estos años el equipo ha causado bastante revuelo y grandes batacazos, como quitarle puntos a Boca, River, Rácing o Independiente, haciéndolos pasar verdaderos papelones, también el Lobito ha sufrido demasiado.
      Hasta hace dos fechas Gimnasia no podía salir del ahogo, hoy por hoy, cuando se viene el receso por las Eliminatorias de clasificación al Mundial y las Elecciones Generales, el plantel jujeño respira un poco más tranquilo. Es que el equipo que se hace fuerte de local, sólo perdió un partido en su cancha y generó el respeto por parte de los rivales que llegan al 23 de Agosto, quienes dicen que vienen a jugar a una cancha difícil. Ese valor Gimnasia lo ha recuperado y es por eso que ha salido de la zona de promoción, pero todavía queda una materia pendiente, ganar de visitante.
      El Lobo ha sumado algunos puntos importantes, como el empate ante Boca en La Bombonera, partido que hasta pudo haber ganado, pero la lucha se hace difícil en todo sentido , porque en la cancha no sólo hay 22 jugadores, sino también tres árbitros, últimamente muy cuestionados en el fútbol nuestro de cada día. Esta problemática muy latente en el campeonato actual, la ha sufrido varias veces el equipo jujeño y la prueba más clara estuvo en Avellaneda, contra Independiente. Partido parejo, enfrente el puntero del campeonato, todo tranquilo hasta el primer tiempo, pero el árbitro Laverni, cuestionado la fecha anterior, quiso hacer justicia entre Diablos y Lobos, y ahí la ligó Gimnasia; claro, no iba a ser el puntero Independiente el que pagara el pato, entonces con penales no cobrados, un jugador expulsado y codazos en contra, el Lobito tuvo que poner tres huevitos en la canasta, bancándose el garrón de los titulares periodísticos que al otro día decían Independiente invencible, mortal, imparable, una máquina y cuantas cosas más.
      Con los anteriores ejemplos, explicados sin términos complicados, quiero decirles que Gimnasia puede tener actitud de salir a buscar los partidos de visitante, así como lo hace en su cancha, pero sin ser excusa, la justicia cuestionada en todos los ámbitos, también hace de las suyas en el fútbol. Los árbitros siempre tiran para el lado del más fuerte y si a eso le agregamos que el Lobo no es el mismo de local que de visitante, la cosa se complica, pero de a poco está cambiando.
      Más allá de todos estos argumentos que para muchos, incluido yo, pueden ser pretextos, hay que reconocer que el equipo empezó a aparecer y que Mario Gómez después de sufrir varios comentarios y notas de este columnista en contra, ha logrado ubicar once nombres en los lugares correctos. Salvo lesiones o suspensiones, la base del equipo se viene repitiendo, y eso le da a los muchachos continuidad y conocimiento entre sí, generando la confianza entre ellos mismos.
      Gimnasia ha mejorado porque encontró el camino correcto, el de la presión y el protagonismo cuando juega en su cancha y el de la picardía y el atrevimiento cuando lo hace fuera de su cueva.
      Pero también Gimnasia ha logrado cambiar, porque los dirigentes no cambiaron, valga el juego de palabras. No hay que irse tan lejos en el tiempo, cuando muchas voces pedían en las primeras fechas un cambio de timón, y se referían al conductor del equipo, pero quedó demostrado que el silencio de la dirigencia en los momentos difíciles, ha servido para dejar trabajar tranquilos a los que querían salir adelante y que, a pesar de la mejora, lo siguen intentando.
Es cierto también, que para el técnico es un alivio haber encontrado a los más regulares, no es fácil equilibrar un plantel con 15 jugadores nuevos, tampoco es común que los dirigentes del fútbol argentino aguanten tres o cuatro derrotas seguidas. Por eso el mérito se lo llevan los jugadores y el cuerpo técnico, pero también hay que nombrar a los que hicieron de cuenta que no pasaba nada, a los dirigentes que miraron para otro lado, cuando Mario Gómez y colaboradores, buscaban la solución. Es muy bueno ver que hasta Gómez está convencido, de su nueva disposición táctica; 4-4-2 y que jugando con dos delanteros y un semi enganche o volante por izquierda, el equipo puede generar más situaciones de gol. Es bueno saber también, que no todas las veces el entrenador va a cambiar un defensor por un delantero.
      Ahora, y a pesar de que algunos partidos se han perdido, da la sensación que hay un estilo de juego determinado, laterales que se proyectan, volantes que abren la cancha, un habilidoso que juega y hace jugar y dos delanteros que convierten, aunque si tienen que bajar a buscar la pelota, lo hacen también. Esto no quita que el pum para arriba, la pelota a la tribuna, o el cambio faltando cinco minutos, formen parte de la estrategia. En el fútbol todo vale, pero es mucho mejor cuando desde el primer minuto un equipo demuestra que sabe lo que quiere, y ha quedado comprobado que desde hace algunas fechas Gimnasia sabe a donde va, especialmente en su cancha. Ahora queda hacer valer ese respeto, en otros campos de juego, las primeras muestras y advertencias fueron ante Boca e Independiente.
      Cuidado señores, porque por fin, y a pesar de todas las críticas, Mario Gómez ha encontrado el equilibrio y el equipo que tanto buscó. ¿Se viene un nuevo Lobo? ¡Creo que no!,  Me parece que el Lobo de la garra, ya apareció.