No todo lo que brilla es oro
René Cortez
Argentina volvió a la competencia oficial por las Eliminatorias y dejó una imagen de âpotencia en problemasâ. Nadie negará que el técnico de la celeste y blanca cuenta con una gran cantidad de jugadores que puede convocar cuando quiere. En el mundo, tanto en paÃses futboleros como en los menos pensados, siempre hay un argentino que se destaca. En esta oportunidad el âCocoâ juntó a los pibes y a los más experimentados, la idea, para los âopinólogosâ de siempre, no estuvo mal, pero quedó un sabor a poco, que se notó en la falta de entusiasmo de muchos.
Cómo dejar en el camino a Messi, Agüero, Gago y Mascherano, figuras y estrellas que brillan en el fútbol mundial: cómo dejar pasar la oportunidad de aprovechar la experiencia de Riquelme y Verón, quienes actualmente en el fútbol argentino ayudaron al protagonismo de sus respectivos equipos. Pero asà como muchos creemos que los que están tienen que estar, también es cierto que tantas figuras juntas, al igual que estrellas en el firmamento, a veces chocan y otras se caen.
Cuentan los que saben que en la antesala del partido ante Ecuador, el primero que jugó la Selección Nacional en este año por las Eliminatorias, hubo un cortocircuito entre el nuevo de Messi y el viejo de Riquelme, por calificarlos de alguna manera.
Según la prensa el jugador del Barcelona está cansado de los aires maradonianos del diez de Boca, quien trató de disimular su orgullo y sus caprichos diciendo que todo estaba bien y que no habÃa ningún problemas. Este chispazo, si es que lo hubo, involucró al propio presidente de la AFA, quien le habrÃa dicho al pibito delante del mismÃsimo Riquelme, que él es el dueño del equipo. ChusmerÃos más, trascendidos menos, y si verdaderamente esto ocurrió, el ánimo del plantel o por lo menos de estos dos que eligió Basile para integrar el equipo titular, no fue el mejor. La falta de entendimiento y hasta una actitud claramente individualista por parte de los mencionados, se notó y si fue por el cortocircuito, justificado está el rumor. Ese problema pudo haber sido la explicación de un partido tan malo como el que jugó la Argentina ante los ecuatorianos.
Una imagen opaca y desteñida dejó la Selección en el Monumental, con todas las figuras y las expectativas de saber que los destacados en el mundo son argentinos y hasta con la pedanterÃa y el agrande de gritar a los cuatro vientos que en la Selección están los mejores del planeta.
Sin embargo no sólo de exquisitos y estrellas se compone un equipo. Como la palabra lo dice un âequipoâ debe tener al habilidoso, pero también al que lucha y se tira al piso para dejar la vida en cada pelota. ¿Será éste el problema del Coco, contar con tantas figuras como estrellas en el firmamento?, claro que el propio técnico dirá con la frontalidad de siempre ¿y a quién saco?
Más allá del pésimo partido que la Argentina jugó ante Ecuador, y de los comentarios de internas, en el campo de juego se vio demasiado individualismo, cada uno tirando para su lado. El juego de equipo no se vio y la integración del grupo menos, a pesar de que esta vez Basile sà pudo contar con dos semanas de trabajo entre la gira y los partidos amistosos. La defensa fue lo mejor ante los ecuatorianos, con un caudillo como MartÃn Demichelis, el medio campo nunca apareció, salvo los pelotazos en profundidad de Verón que en su vuelta a la Selección no desentonó, más allá de las crÃticas. Riquelme fue una sombra y desapareció de la cancha y en el ataque, ni Agüero ni Messi se acordaron de tocar la pelota y cada uno hizo la suya.
El baldazo de agua frÃa llegó cuando el ecuatoriano Urrutia marcó un golazo, fue el 1 a 0 que provocó los silbidos de los hinchas argentinos que no podÃan creer que con tantos jugadores reconocidos a nivel mundial, la Selección perdÃa el partido. Después del gol en contra, los avances de las Argentina fueron más esfuerzo que otra cosa: todo muy complicado, equivocando los caminos y con la soberbia de algunos jugadores de creerse los grandes salvadores. Todo mal hasta que Basile mandó -tarde- a la cancha a Rodrigo Palacio, y el elegido salvó al âCocoâ, ya que faltando 5 minutos ingresa el jugador de Boca y en tiempo de descuento, en la primera pelota que toca y en la primera jugada clara en conjunto de la Argentina, llega el gol del empate. IncreÃble: terminamos festejando un empate, en el frÃo Monumental y ante Ecuador.
El partido finalizó con ese resultado y las crÃticas se hicieron sentir, que Riquelme no debe jugar si no está bien fÃsicamente; que Basile pone al 10 de Boca porque es irremplazable; que para qué vuelve Verón si se vendió contra los ingleses; que la culpa es de Messi que cada vez más se quiere parecer a Maradona, pero Maradona hay uno solo y cuántas cosas más; que Maxi RodrÃguez fue aquel gol a los mexicanos en el Mundial y nada más; que Agüero se pierde cada vez que juega en la Selección. Todos opinamos en contra del equipo de todos, el que se fue silbado y se complica cada vez que enfrenta a un equipo que se mete atrás o le cierra los caminos. Es algo que los muchachos de Basile deberán mejorar de cara a Sudáfrica porque no puede ser que cada vez que los presionan no haya juego, deberá el entrenador buscar las variantes o acudir a un plan B para salir airoso.
Una selección con tantas figuras no puede conformarse con el concepto de que el otro equipo molestó y no dejó jugar. Deben existir otras alternativas, será trabajo de Basile y de los jugadores meterse en éste objetivo, porque nadie discute a los convocados, no hay duda que están los mejores y tampoco se piensa en que ésta selección clasificará para el Mundial. Lo que se reclama es que un equipo con tantas figuras debe funcionar mejor de cara al campeonato más importante del mundo, sea con Riquelme o Messi como armador, sea con Agüero o Tévez como delanteros.
Lo que sà se puede reclamarle al técnico es que el equipo no cuenta con un delantero neto, o como dice la hinchada un nueve-nueve.
Mi opinión es que la Selección extraña lo que antes hacÃa Batistuta: recibir y al arco desde cualquier lado, hoy por hoy la Argentina no tiene a ese jugador, es lo único que se le puede reprochar respecto de la convocatoria que hace Basile, los demás están. Las variantes pueden ser Cavenaghi, Crespo, Denis y varios más, todavÃa hay tiempo, suficiente tiempo para prevenir y mejorar.
CON BRASIL
SE ESCAPÃ
La oportunidad histórica de ganarle a Brasil por primera vez en su cancha, se escapó por muy poquito. Es que la Selección jugó mucho mejor que los brasileños y mereció mejor suerte, por lo menos el 1 a 0 que hubiese sido lo más justo por las llegadas de Messi, Cruz y la notoria mejorÃa de Riquelme.
En la continuidad de las Eliminatorias los dirigidos por Basile cambiaron la opaca imagen que habÃan dejado en el Monumental, pero tampoco alcanzó y también se sumó de a uno, aunque queda la sensación de que los gauchos fueron superiores a un triste equipo brasileño.
El análisis de este partido es mucho más agradable porque la defensa prácticamente no pasó sobresaltos, y en las pocas situaciones que generó Brasil siempre estuvo el âPatoâ Abondanzieri que tapó dos pelotas fundamentales.
El mediocampo mejoró con la incursión de Gago que junto a Mascherano fueron las figuras del clásico partido. Para nada le pesó al volante Fernando Gago jugar ante la âverdeamarellaâ en el mismÃsimo Mineirao. Otro de los que no sintió presión fue el efectivo Jonás Gutiérrez, quien fue una salida muy importante para la Selección por el sector izquierdo, algo que el equipo habÃa extrañado en los cotejos anteriores. Pero una de las claves de la levantada estuvo en los pies y en la movilidad de Juan Román Riquelme quien junto a MecÃ, preocuparon a los grandotes de Brasil, aunque no dejaron de ser jugadores comunes con más protagonismo que ante Ecuador. El muchacho de Boca se mostró más, generó juego y desequilibró no sólo con un tiro libre, sino con jugadas armadas en equipo que a punto estuvieron de ser concretadas y, sin dar la gran demostración de fútbol y un brillo superlativo, Argentina mereció más. A pesar de que no convirtió, Julio Cruz también aportó lo suyo, se movió por todo el frente de ataque, pero le faltó el gol. Algo es algo, por lo menos mostramos otra imagen, aunque, como dije antes, ésta era la oportunidad para ganarle a Brasil en su cancha; claro que lo importante es que el equipo comenzó a aparecer, con jugadas en conjunto y llegadas claras de gol.
Sin embargo da la sensación de que nunca alcanza, siempre hay que brindar algo más y en esta oportunidad lo que faltó fue el gol, que no apareció por ninguno de los dos lados, pero no quedan dudas que el problema, de cara al futuro, son las escasas jugadas de ataque y de gol que genera la Selección Nacional.
Repasando: la clave del partido ante los brasileños fue la enorme atajada de Abondanzieri ante Baptista y el parejo funcionamiento de la dupla Gago-Macherano quienes se robaron el protagonismo del partido. Pero sigue faltando algo, esta vez fue el gol, sin la precisión de sus delanteros en los últimos tramos y con la intermitente llegada de los volantes, fundamentalmente la del âPupiâ Zanetti.
El crédito se abrió ante los brasileños, pero insisto, todavÃa falta, si bien los argentinos jugaron mejor no están en un nivel superlativo y le empataron a un Brasil que funciona con el peor seleccionado de los últimos tiempos; a nuestra Selección le falta gol y ese jugador aguerrido, no tan habilidoso, que la emboque de cualquier lado, no quedan dudas, la celeste y blanca necesita gritar goles, lastimar, incendiar el área rival. Hasta ahora todos nos quedamos con las ganas, con un gol y dos puntos en dos partidos. Se siente como una pobreza.
Pregunto ¿no serÃa distinto con Palermo, Crespo, Pavone o alguien que haga goles y se ponga el overol? Porque hay muchos jugadores que juegan bien y nadie los discute, pero falta ese goleador que le pegue con la nuca y llegue al arco.
Las variantes están, hay que buscarlas âCocoâ, justamente porque no todo lo que brilla es oro.
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