â€œNos  enfocamos a ver algunos escenarios posibles y modelos de identificación que favorecen la reproducción de conductas violentas en la sociedad” dijo en el programa Razón y Palabras -La U, Radio Universidad- la profesora Beatriz Bruce, quien coordina un equipo de profesionales de la UNJu, que trabajan sobre el tema de la violencia en nuestra sociedad. Una entrevista en la que el análisis del tema revela aspectos que habitualmente no son tenidos en cuenta a pesar de lo mucho que se lo toca en los medios nacionales y locales.

 -Violencia en la escuela, ¿qué podés contarnos de tu experiencia en el tema, sabiendo que sos parte de un proyecto de estudio sobre la violencia en la Universidad Nacional de Jujuy?
-Dirijo un proyecto de investigación, integrado por un equipo de profesores y auxiliares de cátedras de Psicología Social. Básicamente es un conjunto de profesionales del campo de la psicología y las ciencias de la educación. El objetivo del trabajo es dilucidar algunas problemáticas relacionadas con el complejo tema de la  violencia. Nos  enfocamos a ver algunos escenarios posibles y modelos de identificación que favorecen la reproducción de conductas violentas en la sociedad, inclusive algunos de ellos, como la profesora Mamaní y Fernanda Ciesa publicaron en un libro sobre el tema a través de la secretaria de Educación de la provincia.

-¿De qué hablamos cuando hablamos de violencia?
-Una primera aproximación cuando hablamos de violencia es la conceptualización. Muchas veces nos referimos al tema y lo subjetivamos como si fuera una entidad en sí misma, y en verdad, la violencia es una modalidad de las relaciones de los individuos entre sí y con la naturaleza.

-¿Podemos decir que es un síntoma?
-Más que un síntoma, un calificativo modal a algún tipo de relación que se establece, de lo contrario lo que hacemos es calificar a las personas como violentas e insalvables. La persona no es por naturaleza violenta sino que desarrolla formas violentas de relación y es posible cambiar esto. Recuerdo un trabajo del  Lic. Galli sobre el innatismo de la violencia, cuestión que fue sostenida por algunas concepciones teóricas. Es la posición de Freud, que cree que hay un instinto destructivo en la propia conformación humana. En este trabajo que menciono se hizo uso de toda la documentación antropológica y se ve que no es así. El hombre es cooperativo por naturaleza, no tiene otra posibilidad para sobrevivir, es decir, desde la propia madre que tiene que cooperar para que el hijo crezca, en realidad la forma fundamental de la humanidad es la de la cooperación y no la lucha del lobo del hombre como creía el filósofo Hobbes.

-¿Cuál es el abordaje que se hace desde el proyecto del tema violencia?
-Algunas de las cosas que hemos trabajado tienen que ver con delimitar a qué llamamos violencia, no adjudicar a las personas esta cualidad porque no es una condición innata del individuo sino una modalidad relacional, en todo caso apuntar a cuál es la etiología que hace que desarrolle esta conducta.

-¿Cómo se manifiesta la violencia, cómo la identifican?
-La violencia se manifiesta de distintas formas, no hace falta un episodio policial para identificar que hay violencia en la escuela. Tiene muchas formas de expresión, de niveles. Hay violencia física, violencia simbólica que la ejercemos casi todo el tiempo los docentes en el aula; entonces hay distintas formas de ejercicio de la violencia. Una explicación sociológica es la que hace Norbert Elías, donde plantea que el avance de la forma civilizatoria se caracteriza por cierto monopolio de la violencia, con la conformación de los estados y que en el avance de la forma civilizatoria se logra erradicar la violencia de los espacios de la vida cotidiana para concentrar el monopolio de la violencia en el aparato represivo del Estado y ejerce su poder de legitimación a través de la educación para que la gente acepte este monopolio de la violencia.

-¿Hay un recrudecimiento de la violencia individual hoy?
-En la actualidad vemos que recrudece la violencia a nivel individual, un ejemplo son las 
peleas a la salida del boliche o de la escuela. Creo que este fenómeno puede ser explicado desde el resquebrajamiento de la credibilidad de las instituciones. Nosotros tenemos falta de credibilidad en un conjunto de instituciones entre ellas el Poder Judicial.

-La sociedad lo percibe como un alto índice de impunidad.
-Exacto, entonces lo que pasa es que estas instituciones con el descrédito que tienen -entre ellas la educativa- no es modelo de formación para ninguno de los jóvenes que por ella transitan. Hace que ya no se pueda controlar el nivel de la concentración de la violencia legitima en manos del estado y pasa a manifestarse en la forma individual: padres que pegan a maestros; pobres que se roban entre pobres; chicos adolescentes que pelean, etc. Me parece que esto nos llama a una profunda reflexión acerca de la fuerza legitimadora que tienen  hoy las instituciones porque hoy están en descrédito y tenemos que apuntar a esto, a ver cómo recuperarlas.

-La violencia es un síntoma de la frustración, un lenguaje en el cual se están expresando muchas cosas y en el que tiene que ver también no sólo lo que acontece con la institución educativa sino con el afuera. La escuela viene a ser un hito entre el adentro y el afuera. Tampoco quedan fuera de análisis los medios de comunicación con programas donde se muestra como éxito la violencia misma, se ataca a la autoridad, se mofan de la autoridad. Esto también impacta en la vida de los jóvenes en procesos de formación.
-Sí, van minando la legitimidad que representa para este conjunto una autoridad. Nos horrorizamos por peleas de dos adolescentes y sin embargo en la pantalla hay peleas todo el día, peleas entre vedettes, episodios sangrientos, los medios exageran la cuestión de la inseguridad en el país creando un clima donde cada uno resuelve como mejor puede. En verdad que la mejor forma de sujeción a las instituciones es la satisfacción de todas las necesidades, porque las formas violentas están relacionadas con esta satisfacción de necesidades. Entonces, en sociedades con amplios índices de desigualdad no es posible que no se ejerza algún tipo de relación violenta.

-A partir de este estudio ¿proponen medidas, decisiones coyunturales que deban tomarse para ir paleando esta situación? Más allá de que sabemos que es el estado el que tiene que satisfacer estas demandas.
-No hay que sicologizar demasiado, ni criminalizar. Nosotros no hemos pensado cuál pueda ser la línea de intervención política en las escuelas, porque en verdad hemos hecho una discusión tratando de desanudar problemas desde la propia conceptualización para saber qué decimos. De todos modos, yo te arriesgo alguna opinión personal, con respecto al tema de la escuela a mí me parece que no es casual, tenemos que pensar que estos sucesos (agresión entre niños, de docentes, de padres a docentes) se producen simultáneamente con una devaluación y una perdida de contenidos en el ámbito educativo. Antes la escuela tenía mucha significancia social  para el individuo, para los padres, los docentes y también los niños. El tiempo de permanencia en la escuela tenía cierto sentido, no se producían estos hechos con tanta asiduidad. Tenemos que pensar qué estamos haciendo en las escuelas, qué propuesta tenemos para tener a los chicos ocupados, que repercuta en su propio beneficio y que esos aprendizajes puedan ser capitalizados después en su posicionamiento. Gran parte de lo que pasa en las escuelas tiene que ver con el vaciamiento a nivel educativo que hay y no por la cantidad de días de clases. No se puede centrar en esto. Podemos tenerlos 180 días y que estén perdiendo el tiempo adentro de las  escuela. Soy docente en el nivel superior de enseñanza y uno ve el producto de las escuelas medias y en verdad que allí se tiene que preguntar qué han hecho estos últimos cinco años, por qué no tienen consistencia en ningún conocimiento.

-Además la capacidad de estimularles el juicio crítico, enseñarles a indagar. Vi una experiencia en una escuela donde se aprovechaban las horas libres para pasar películas sobre historia, tecnología y el análisis de algunos programas televisivos; una manera de utilizar positivamente el tiempo de la escuela, con otra forma de mostrar la realidad, los valores y desvalores.
-Yo destaco el trabajo de la profesora Laura Gómez Rubio de Alfaro. Creo que era una buena cabeza de institución, una de las cosas que hacía era ésta, aprovechar las horas libres para avanzar en matemática o en el aprendizaje a través de la visualización de alguna película. Esto demuestra que se puede hacer, son experiencias recuperables por cualquier escuela, aparatos tecnológicos hay en todas las escuelas, lo que falta es contenido; es bueno rescatar los aspectos positivos. Con respecto al tema de la televisión, es bastante complicado ya que tiene el poder que la escuela ha dejado vacío. Tenemos que partir del reconocimiento del enemigo poderoso  que es la pantalla, porque va generando necesidades no auténticas en los individuos, que no son necesarias, que los pone -especialmente a los adolescentes- en pos de una serie de cosas que son innecesarias y sin embargo se van generando como necesidades desde la propia difusión publicitaria o profusión televisiva. Después nosotros nos quejamos de episodios que pueden suceder, y no vemos la otra cara,  a esos individuos se los puso en disposición en el lugar de conseguir lo que será señal de éxito, porque si no tiene celular, videocámara, pasa a ser como nada en esta sociedad. Tenemos que hacernos cargo de esta profusión capitalista.

-¿Hay una vinculación directa entre el mundo de la universidad, la construcción de ese saber científico, con las autoridades educativas en búsqueda de una solución aunque sea parcial?
-Creo que esto es una asignatura pendiente, y no cargo las tintas para uno de los dos lados por que ambos estamos en falta al respecto. A mí me sería muy fácil plantear que nosotros estamos investigando en la diversidad y que desde donde están destinados a implementar determinado política no nos miran. La culpa es compartida. La universidad no se acerca a ver cómo incidir en los procesos concretos ni del otro lado están ansiosos por llamarnos. Solos no vamos a resolver la deuda de la universidad, tampoco con un ingreso cada vez mayor de la población a la universidad. El acceso al nivel superior de educación tiene que ser posibilidad de la totalidad de los ciudadanos del país y en esto apunto a la democratización del servicio, ahora creo que esto solo no salda la deuda, si lo hará  el hecho de que la universidad pueda impactar sobre los diversos ámbitos sociales. Es una institución del estado, somos pagados por el conjunto de la comunidad. Creo de verdad que el empresariado no se interesa de los problemas sociales pero no me importa, nunca lo va a hacer por propio interés, pero la universidad no tiene sólo la tarea de bregar por la enseñanza sino por todas aquellas actividades que hacen a la educación, como la docencia y la extensión, que si bien la cumplimos debemos hacer una critica de ver cómo la devolvemos a la sociedad. Me impactó mucho ver en México la presencia que tiene la universidad en la sociedad, ni siquiera la de Buenos Aires con su historia y alcance lo ha logrado, esto nos está marcando que algo que está faltando. (Marta Argul/Ariadna Tabera)