En tiempos del Centenario el pensamiento crÃtico sobre nuestra situación como nación, fue manifestación fundamental de este intelectual norteño. Nacido en Tucumán (en el Tucma, frontera del Tahuantisuyo) el 16 de setiembre de 1882, y criado en Santiago del Estero (el paÃs de la selva), comprendió desde su infancia, la matriz cultural del paÃs de los argentinos. ConocÃa Rojas el huaira puca (el viento norte) de nuestra libertad e independencia, por eso oteaba el horizonte hacia el cual se encaminaba nuestro pueblo, embarcado en la nave del estado-paÃs con eje en el RÃo de la Plata.
Ante la dirigencia pajuerana que miraba para afuera; ante la sociedad porteña que envidiaba lo ajeno, es decir, lo europeo; ante los eruditos de entonces, europeÃstas, faltos de espÃritu crÃtico, el pensamiento elaborado por Ricardo Rojas, su acción intelectual se yergue como un faro que ilumina el porvenir, es decir, nuestro tiempo Bicentenario. No olvidemos que en el Centenario comienzan a emerger de las entrañas de los movimientos sociales, la acción de anarquistas, socialistas y comunistas. Dotados todos ellos de un sentimiento popular, pero extraños a la originalidad nacional. Solamente el movimiento que encarnaba la figura caudillesca de Hipólito Yrigoyen cubrÃa las necesidades de justicia social y de dignidad nacional. Este movimiento nacido con la epopeya de la guerra gaucha federal es comprendido y potenciado por Ricardo Rojas, en sus libros esenciales. Sobre todo los publicados para el Centenario. Años en los cuales se gesta, con este diálogo crÃtico, el regeneracionismo polÃtico, la revolución por los comicios. ¡Quiera el pueblo votar!
El EspÃritu de la Tierra
Ricardo Rojas, pensó las formas de la transformación cultural, educativa, histórica, sociológica del paÃs de los argentinos. Resumamosâ¦
La pregunta que rondaba el pensamiento de Rojas fue formulada por Sarmiento. â(â¦) ¿Argentinos? Desde cuándo y hasta dónde; bueno es darse cuenta de elloâ. El maestro sanjuanino, la formuló en 1883, en pleno auge Roquista. Rojas se interroga, en 1910, para el Centenario. Sus libros La Restauración Nacionalista (1909), Blasón de Plata (1910), Argentinidad (1916) son las bases de su respuesta fundamental. Algunos de sus conceptos tienen plena actualidad. Solamente tenemos que intercambiar cosmopolitismo por globalización, para ubicarnos en el tiempo histórico. Abarcar la revolución tecnológica, el auge de las comunicaciones cibernéticas, su desafÃo comunicacional, compararlo con la presencia inmigratoria (en relación a la población originaria) para saber dónde están ciertas respuestas en relación a nuestra identidad.
â(â¦) En tiempos de Alberdi era el desierto lo que aislaba a los hombres, impidiendo la formación de la opinión pública y de la acción organizada. Hoy es el cosmopolitismo y una atmósfera de ideas y sentimientos corruptores, lo que en medios demográficamente densos como la capital, pone su masa disolvente, e impide, como antes el desierto, la existencia de una opinión y de una acción orgánica".
AsÃ, llega a definir: â(â¦) Las naciones no reposan en la pureza fisiológica de las razas sino en la emoción de la tierra y la conciencia de su unidad espiritual, creada por la historia, por la lengua, por la religión, por el gobierno, por el destino". Elabora de este modo, una sÃntesis superadora de la antinomia: civilización o barbarie. Exabrupto Sarmientino. Prefiere hablar de indianismo y exotismo. De Eurindia. Una amalgama entre Europa e India (Suramérica).
â(â¦) Cada civilización es una realización especial de una cultura; cada cultura la forma temporal de una tradición, cada tradición la función histórica del espÃritu de un puebloâ. A partir de esta visión, criticó â(â¦) La declinación de nuestro sentido histórico y la falta de trascendencia que caracteriza nuestra vida nacional". A este aspecto inveterado de nuestra vida pública, le encuentra una clave: â(â¦) el aporteñamiento cursi de las provincias y el provincialismo servil de Buenos Aires con respecto a las capitales europeas". Años después, producido el golpe de 1930, habiendo sufrido cárcel por defender la democracia (en Ushuaia, Tierra del Fuego), en su libro: El Radicalismo de mañana, confirma: "La Argentina es todavÃa una colonia dentro de la economÃa internacional del mundo moderno". Verdad inconcusa de nuestra cÃclica vida económica.
FermÃn Chávez, expresa: â(â¦) Cuando se escriba la historia de la cultura argentina que nos está faltando, la primera década de nuestro siglo deberá figurar en ella con su más hondo significado de cambio y de nueva conciencia en marcha, es decir, con la trascendencia de los libros claves que, en dicho perÃodo, representaron un vuelco inaugural hacia la realidad nacional en sus aspectos más entrañables.". Carlos Payá y Eduardo Cárdenas hablan del primer nacionalismo argentino â(â¦) El nacionalismo entendido como una doctrina coherente que interpreta el paÃs y su historia, vio la luz en la Argentina con la aparición de dos obras: La restauración nacionalista, de Ricardo Rojas, en 1909, y El diario de Gabriel Quiroga, de Manuel Gálvez, pocos meses después".
Ricardo Rojas escribió La Restauración Nacionalista por un mandato oficial: el gobierno argentino le habÃa confiado el estudio del régimen de educación histórica en Europa y su informe se convirtió en libro. Al recordarlo -expresa FermÃn Chávez- salta una reflexión única: qué poco hemos avanzado, oficialmente claro está, en esta materia. Porque ninguna de las últimas reformas proyectadas en el ramo de la enseñanza se ha atrevido a llegar a la cota alcanzada por Rojas en 1909; y su informe ha sido olÃmpicamente ignorado. Si aquel texto manuscrito no fue leÃdo por nadie en la Casa de Gobierno, como señala el autor, menos adeptos oficiales parecen tener en 1971, a nivel ministerial o de asesores educacionales. (Proemio a la Tercera Edición).
â(â¦) La historia es esencialmente educativa: educativa del carácter y de la inteligencia; por eso es la base de las humanidades. Pero a los argentinos nos importa más como disciplina que contribuye a formar conciencia nacional", señala Rojas.
EpÃlogo para nuestro tiempo     Â
Ricardo Rojas al realizar una breve historia de la Restauración Nacionalista, expresa: â(â¦) no he formulado mi doctrina para defender a una clase social contra otra, ni para espolear los odios arcaicos de la xenofobia, ni para aislar a mi nación entre otras de América, ni para cristalizar nuestro pasado en los ritos de la patrioterÃa, sino para dar a nuestro pueblo de inmigración una conciencia social que haga de la Argentina un pueblo creador de cultura en el concierto de la vida internacional, a la cual pertenecemos".
â(â¦) Esta palabra: nacionalismo -expresa Manuel Gálvez- la primera definición de la doctrina y la fecunda propaganda de los ideales que ésta sustenta, ha sido obra del escritor Ricardo Rojas⦠No tengo la intención de quitar a Rojas la gloria, pues mucha gloria hay en ello, de haber sido quien, interpretando una idea que vagaba en el ambiente, la proclama con todo el fervor de su entusiasmo y con todo el vigor de su talento".
En este vuelco inaugural de espiritualización de la conciencia nacional que se gesta en el paÃs para el Centenario, el espÃritu crÃtico de Ricardo Rojas, vuela raudo hasta nuestro tiempo Bicentenario. Abracemos algunos de sus desafÃos y respuestas. Sin pecar de anacronismos intelectuales fuera de contexto o exagerados. Ricardo Rojas representa la posibilidad cierta, de la construcción de un auténtico pensamiento nacional, democrático y republicano.
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