El economista Luis Rapoport, profesor de la Universidad de General Sarmiento, creador y presidente del Instituto de Desarrollo Empresarial de Buenos Aires, habló en la radio acerca del proyecto Iniciativa Jujuy, que se lleva adelante en el ámbito de la UNJu, en la carrera de Informática de IngenierÃa, de la posibilidad de cambios en la realidad argentina y de la voluntad creadora como fundamento de la innovación.
âParticipo en el proyecto con un equipo muy interesante y calificado, con Jorge Griot, factotum, que pelea todos los dÃas, empresarios de software de Jujuy, la Fundación Federal, a la que pertenezco, el gobierno y desde luego la Universidad. El objetivo es aprovechar la masividad de estudiantes de software que hay en Jujuy, unos tres o cuatro mil (lo cual es una bendición), ya sea que pongan sus propias empresas y desarrollen ese sector empresarial o que se conecten con los grandes centros nacionales e internacionales de producción y consumo de software, como para tironear una industria de alto dinamismo que no genera polución, no requiere de gran inversión, que los chicos pueden tener muchas satisfacciones profesionales y económicas. Este es el quinto año, se han hecho cuatro concursos para proyectos innovadores en materia de productos informáticos. Está habiendo empresitas jóvenes peleando en el mercado, lo cual nos llena de orgullo, porque están en condiciones de competir y de sustentarse sin ningún tipo de ayuda, que es lo que nos preocupa a nosotrosâ, comenzó diciendo el economista acerca de Iniciativa Jujuy.
En cuanto a los objetivos de la Fundación Federal, explicó que se dedica a los problemas del desarrollo económico. âTodo esto empezó -dijo- cuando el gobierno de Jujuy nos contrató hace cinco años para reflexionar sobre el desarrollo económico de la provincia, nuestras ideas y propuestas no prosperaron, pero cuando hicimos el relevamiento potencial de la provincia nos encontramos con esta masividad en la carrera de software, nos miramos un poco en el espejo y pensamos en que podrÃa ser un proyecto con el impulso de la Fundación y la participación del gobierno, una potencialidad en que la iniciativa de los jujeños podÃa desarrollarâ.
Y agregó âlos resultados recién se están empezando a ver, la utopÃa mÃa es que los que dirijan el proyecto Iniciativa Jujuy de aquà a dos años sean los mismos empresarios jóvenes que surjan de este semillero de empresasâ.
Al ser consultado sobre su visión de la realidad del paÃs hoy, Rapoport destacó que su preocupación es la complacencia, âme parece que los argentinos, después de haber vivido una decadencia económica fuerte, de haber vivido la ficción de la sobrevaluación de la moneda, con el dólar barato, y la debacle que se produjo con la devaluación, estamos anestesiados; a eso llamo complacencia. Estuvimos anestesiados durante los diez años de convertibilidad, pensando que eso era sostenible, nos agarró un momento de desesperación -que tampoco es buena- y ahora el crecimiento explosivo también nos anestesia. Por ejemplo, venir a descubrir de golpe y porrazo, por el conflicto, inventado, con Uruguay que tenemos vocación ambientalista, cuando nunca la tuvimos y ahora lo que hacemos es declamarla, con un recitado poco creÃble. No se ponen sobre la mesa ni las polÃticas, ni los recursos, ni los marcos legales, ni la planificación pertinente como para que eso sea cierto.â
Posteriormente señaló âse lesiona la Constitución, por ejemplo, con el tema de las tarifas públicas y la total discrecionalidad del gobierno para hacer lo que quiere; el hecho que la Universidad de Buenos Aires esté sin autoridades, en virtud de que el último que grita es el que en definitiva maneja el marco institucional, me lleva a la reflexión acerca de que si no somos duros, crÃticos con nosotros mismos, y miramos la realidad como es y no como quisiéramos que sea, y dejamos de anestesiarnos con la complacencia y con la ficción de crecimiento, vamos a ver que esta posibilidad de crecer al 9% no es permanente. Se da por tres cosas: porque la democracia, aunque sea esta imperfección, permite un marco de convivencia mucho mayor que las matanzas de los años de plomo o los enfrentamientos peronismo-antiperonismo; porque hemos aprendido que no hay que sobrevaluar el peso; porque hemos aprendido que no hay que generar desbordes fiscales que lleven al paÃs a la inflación. Pero con esas tres cosas solas no alcanza; hace falta una sociedad que respete la ley, la convivencia, un Estado eficaz, que además sea democrático e inclusivo y no mentiroso. Entonces, en algún momento este mismo crecimiento-adormecimiento, se va a enfrentar con la realidad y rápidamente, porque los problemas energéticos están a un paso, y ni qué hablar de los problemas de la educación, ya que en este momento la principal restricción para el crecimiento es la falta de recursos humanos. Se preguntarán por qué, siendo que la mitad de la población tiene empleos precarios, lo que sucede es que no tienen la calificación necesaria. Bajo mi punto de vista, esto habla de la necesidad de que los argentinos recuperen el pensamiento crÃtico, la libertad de pensar y de criticar y la alegrÃa de encontrar y reconocer los errores propios y ajenos, porque es el punto desde donde se puede empezar a superarlosâ.
Respecto a cómo ve la búsqueda de recuperación de cierta independencia del gobierno de Kirchner, en conjunción con otros gobiernos de la región, Rapoport dijo con crudeza âlos paÃses hispanoamericanos compraron una frase, en el siglo XIX, utilizada por Sarmiento, âcivilización o barbarieâ; nuestros paÃses cuando aludÃan a âcivilizaciónâ idealizaban marcos, ideas, modas del exterior, con fuerte sentido de disminución de lo propio. Y cuando hablaban de la âbarbarieâ, lo que hacÃan era una defensa verborrágica de lo propio, sin los instrumentos para que se desarrollara.â
Seguidamente amplió âEn ambos casos habÃa impotencia. En el primero, la impotencia de decir âvendo todas las empresas argentinas, con el tÃtulo de privatización (que no la hubo genmuinamente, porque gran parte de éstas fueron compradas por empresas estatales extranjeras); porque un paÃs potente, que se precie de tal, como EE.UU. o Francia, desarrolla su propia capacidad de gestión como para manejar las empresas que sean; entonces, por qué voy a comprar que la extranjerización de una gestión es mejor que la gestión propia, que la gestión nacional, lo que serÃa desde el lado de la âcivilizaciónâ. Y del otro lado, el ejemplo es lo que pasó ahora con Evo Morales, que pone sobre la mesa un imaginario verborrágico y no la recuperación de la soberanÃa energética boliviana, que es lo que realmente necesita su paÃs y su población. Con la verborragia no se resuelve el problema energético del continente ni la riqueza del pueblo boliviano.â
Más adelante, aludiendo a las posibilidades de un cambio en el funcionamiento de las estructuras del Estado, Rapoport indicó âen Hispanoamérica, y en nuestro paÃs en particular, se están poniendo las cosas al revés, hay una exageración en la demanda de desarrollo y de riqueza.â
Y finalizó comentando âen la universidad, en mis clases, saco a los pibes del esquema habitual, de que una empresa existe, de que su fundamento es la ganancia, hay que cambiar este enfoque, porque la ganancia es el precio que hay que pagar para seguir creando. Lo principal es la creación, si es adecuada, vas a tener ganancia, el mercado te va a validar con la ganancia, pero en primer lugar está la creación, es lo que importa y lo que hay que considerar a la hora de ejecutar proyectos. En Argentina hay un desprecio, una canibalización de la propia voluntad creadora, que se critica creandoâ.
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