Jorge Gronda (52) es médico ginecólogo. Dio testimonio de su vocación durante toda su vida y fue pionero transformándose en empresario de la salud desde una visión social. En 2.005 recibió el premio al Emprendedor Social del Año instituido por el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. La empresa de la que es socio, un centro de atención ginecológica, tomó un vuelo nuevo desde hace dos años merced a una serie de innovaciones en la gestión empresaria, el énfasis en la calidad de la atención que reciben los pacientes, la selección de los profesionales que forman el equipo de salud y sobre todo, la búsqueda permanente de soluciones a los problemas de los pacientes, sea el financiamiento de tratamientos de mayor complejidad como el acceso a medicamentos de menor precio. Me pareció un caso muy interesante que deben conocer los lectores:
-Ud creó una organización cuyo mensaje es "salud para los que menos tienen", pero sus pacientes poseen una tarjeta como una prepaga, agregaron los servicios de una farmacia y últimamente trabaja para incorporar un sistema para financiar tratamientos de alta complejidad.. ¿Como se entiende esto viniendo de un médico que sigue una tradición familiar tan fuerte como la suya?
-La realidad me fue golpeando y enseñando, me equivoqué muchas veces (lo más probable es que me siga equivocando y aprendiendo a cada paso).Tuve un aprendizaje muy fuerte cuando en un perÃodo me fui a trabajar con las comunidades más pobres de la provincia integradas en su mayorÃa por mujeres solas, aborÃgenes, no blancas, madres solteras, con un promedio de 8 hijos cada una, que sobrevivÃan con menos de un dólar por dÃa. Al principio sentà que tenÃa que ayudar con lo que sabÃa y trabajé muchos años gratis sin conseguir ningún resultado. Al contrario, mientras más tiempo pasaba, las condiciones de salud empeoraban. Hasta ese momento seguÃa el mandato heredado de mis maestros, que consideraba indigno pensar en generar dinero con lo relacionado con la salud. Hoy, cuando miro para atrás me doy cuenta que en realidad era una actitud comparable a la demagogia de los polÃticos, pues uno se deja llevar por lo que le conviene, ya sea por creencia o por interés, y termina mintiéndose y mintiéndole a las personas a quienes dice ayudar. Es más difÃcil y duro decir la verdad, pero los resultados a la larga son mucho mejor para todos. Hoy ,diciéndole la verdad a la comunidad y a mi mismo, logré lo que nunca antes: que las mujeres y los niños más pobres de nuestra comunidad (Lo que hoy llaman la base de la pirámide de ingresos) tengan acceso a un sistema de salud preventivo digno. Y todo debido a que dejamos de "ningunear" a los pobres y les propusimos que paguen aranceles razonables. A cambio los médicos los respetamos y tratamos con la misma consideración con que los trata cualquier profesional, artesano, comerciante, etc, a quienes les paga por sus productos o servicios. Es desmitificar la relación médico-paciente poniéndola al mismo nivel de oferta y demanda que puede tener la de cliente-verdulero, ya que éste cumple con la digna función de proveer alimentos a la población, cubriendo un derecho humano más básico aun que la salud. Los clientes obtienen en nuestros centros lo mismo que consiguen en las ferias donde van a buscar alimentos y vestimentas para poder vivir .
-¿La tarjeta Ser sirve para acceder a un sistema prepago de salud, es una obra social o es una tarjeta de créditos?
La tarjeta Ser no es nada de lo anterior y tiene un poco de cada una. Es un sistema de inclusión social, de pertenencia, que hace que las personas que la posean mejoren su autoestima porque les da la posibilidad de sentir que, de alguna manera, pertenecen a la sociedad donde viven y que alguien los tiene en cuenta. Que se los respeta porque son capaces de mantener un sistema que no los hace sentir unos inútiles incapaces de brindarles un mÃnimo cuidado a sus hijos.
-¿Asà que Ud equipara comprar un televisor financiado con pagar una operación de cuello de útero?
Totalmente. Si a una persona pobre se le ofrece la posibilidad de comprar un televisor en cuotas y a todo el mundo le parece razonable y justo, con más razón y con el mismo criterio hay que darles la oportunidad que paguen en cuotas una operación que le salva la vida. Es fantástico que los que menos tienen tengan esa oportunidad. Usted ¿que harÃa si no tuviese obra social y su mujer o uno de sus hijos necesita una operación y tiene la posibilidad de que lo atiendan en el mejor lugar y con los mejores especialistas, y la oportunidad de que mediante una financiación razonable lo pueda hacer sin tener que sufrir malos tratos, esperas interminables, que lo internen en lugares donde falta la limpieza, hace frÃo, no lo dejan visitar a su familiar, no le dan información, nadie se hace responsable de nada?. Creo que por más que le digan que en vez de ser un sistema de salud es un sistema de mercachifles, Ud sacarÃa un crédito y buscarÃa lo mejor para sus seres queridos. Yo harÃa lo mismo.
-Ese esquema financia sólo a los que pueden pagar la misma cuota de un televisor, pero ¿qué pasa con los que no pueden pagar ni siquiera esa cuota?.
-Creo que nos complementamos perfectamente con el Estado pues le sacamos un peso muy grande de encima y lo ayudamos a que se dedique con toda su capacidad y compromiso con la justicia social, a ocuparse de los más necesitados. Pienso que es un caso semejante a lo que pasa con la educación. Ud sabe que en general, el que puede paga un colegio y una universidad privada para sus hijos. De esa manera deja espacio en las universidades públicas para los más necesitados. Me parece una injusticia que quien tenga recursos suficientes mande sus hijos a una Universidad publica, a no ser que se cambie el sistema actual y el que pueda pague un arancel para ayudar a los más pobres, para que todos tengan igualdad de oportunidades en educación.
-¿Y la ética profesional, donde queda?
-Si aprendà algo estos años, es que mejor que hablar de ética es ejercerla. La verdad: no creo en la ética corporativa, más bien creo en la ética de cada uno con su comunidad , con su conciencia, con sus seres queridos y los pocos amigos verdaderos que la vida da. De todas maneras no me atrevo a dar a nadie un consejo sobre ética. No me siento capaz de tirar la primera piedra. Pero si nuestro sistema de convivencia no se basa en algunos valores y principios éticos, no es sustentable. Se podrá ganar dinero pero a la larga se cae. Siento que ahora que me toca desarrollar un rol de empresario (lo digo y ejerzo con mucho orgullo y pasión) mis principios y basamentos siguen siendo los mismos. Como empresario que fue toda la vida, Ud sabe que hay cosas que no se negocian, sea medico, polÃtico, empresario o comerciante.(Entrevista de Ernesto Altea).
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