Cuando se repasa el marco normativo general de Jujuy, aquél que rige las relaciones entre los distintos actores sociales, económicos y políticos en todo el territorio provincial, nos encontramos con leyes que pueden ser consideradas de avanzada. Como ejemplo de ello pueden citarse, entre otras, la Ley N° 4513 de creación del Consejo de la Microempresa, la Ley N° 5346 de creación de los Consejos Consultivos y otras que incorporan a la sociedad civil organizada en la toma de decisiones que tienen que ver con políticas públicas. En ese concepto puede inscribirse la Ley N° 5195 de creación del Instituto de la Calidad y otras normas concordantes con la generación de un marco jurídico para la implantación de sistemas de calidad y certificaciones de origen en distintas actividades productivas y de servicios en la provincia. Surge, sin embargo, luego de este repaso, la pregunta: ¿por qué con Leyes referenciales tan avanzadas las cosas en la provincia no funcionan? La respuesta es simplemente que a muchos funcionarios del ejecutivo provincial no les interesa que las cosas funcionen. Y muestra de ello es la calamitosa situación que tienen diversos sectores de la actividad social y económico - productiva de la provincia.
El accionar del Instituto de la Calidad no escapa a esta triste realidad. Sólo sobrevive por el esfuerzo inagotable de quienes, a pesar de las permanentes limitaciones y trabas para poder cumplir con los objetivos institucionales, tienen el convencimiento de la importancia de la tarea a desarrollar y que los beneficios que se logren no sólo son para el presente sino fundamentalmente para mejorar las condiciones futuras de competitividad de toda actividad económica y de servicios en la provincia, sea esta pública o privada.
Quien suscribe se incorporó formalmente al Instituto de calidad como director titular a partir de la resolución 04 de la Comisión de Economía de la Legislatura de Jujuy desde el mes de mayo de 2008. Pero ya había comenzado a participar en la reuniones del directorio desde el mes de febrero de 2008. Al llegar me encontré con un grupo de ciudadanos, representantes de las distintas instituciones que integran el Directorio según lo establece la ley, con un alto grado de compromiso con la tarea asumida, y si grande era el compromiso, vale mencionar que era aún más fuerte el entusiasmo por los nuevos tiempos, los nuevos aires en la provincia a partir del recambio de autoridades del 10 de diciembre de 2008. Entusiasmo que se incrementó al escuchar las palabras del sr. gobernador en la apertura de las sesiones ordinarias el 1° de abril de 2008 cuando expresaba: “En los últimos días me han asaltado dudas sobre si los paradigmas que tenemos desde hace mucho tiempo -más de un siglo, muchos siglos- sobre el Sistema Representativo, si realmente se ajusta a lo que estamos viviendo. Y me pregunto si la realidad no nos conduce o nos enfrenta con situaciones que en rigor de verdad, a dónde queda aquello de que “el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes”; es una cláusula constitucional y que muchas veces nosotros la esgrimimos para decir: “no puede ser, no hay otra forma”. ¿No será que la democracia representativa ha comenzado un larguísimo proceso de reformulación? ¿No será que la sociedad tiene demandas cada vez más consistentes de participación?” Mayor participación en las cuestiones trascendentes de la sociedad, ese era el concepto que vertía el gobernador hacia el futuro. Entonces ¿cómo no entusiasmarnos si formamos parte de una de las instituciones en las que la participación ciudadana está asegurada en el propio texto de la ley? Teníamos motivos fundados para ser optimistas.
Pero, no hay mejor matador de sueños que la realidad. Y para muestra basten dos ejemplos de certeros disparos a los sueños de quienes conformamos el directorio del Instituto, ejecutados por inacción de funcionarios del ministerio de Producción y Medio Ambiente y de otras áreas del Poder Ejecutivo.
Y digo esto porque en el año 2007 se logró, con el compromiso de diputados de todas las bancadas y gestiones del directorio mediante, incorporar una partida especial para atender algunos gastos del Instituto como la compra de bienes de capital, cobertura de gastos de traslado, servicios no personales, etc. Esta partida quedó asignada a la secretaría de Desarrollo Productivo del ministerio, hasta entonces coordinadora de relación entre el Instituto y el ministerio. Con fecha 18 de enero de 2008, mediante Decreto 243-PMA/2008, se modifica la estructura del ministerio creándose la secretaría PYME y de Integración Regional a la que en el decreto de creación se le asigna la responsabilidad de: “Ejecutar la coordinación entre el Poder Ejecutivo y el Instituto de la Calidad”, razón por la cual quien debe ejecutar el presupuesto del Instituto es esta nueva secretaría. Con fecha 07 de marzo mediante expte. 0664-015NF/2008 se inicia el trámite para la correspondiente transferencia de partida presupuestaria. Seis meses después, al día de la fecha, todavía no se ha resuelto este trámite, consecuentemente con ello el Instituto se encuentra imposibilitado de adquirir el equipamiento y disponer de los recursos económicos impres-cindibles para el desarrollo de sus actividades.
A principios del año 2008 el Directorio del Instituto definió tres grandes líneas de acción para el presente ejercicio: 1) Formación de Recursos humanos calificados; 2) Fortalecimiento Institucional, interno y externo, y 3) Profundización de los Servicios de certificación al sector privado y público provincial. En el marco del primer eje se iniciaron conversaciones y se conformó un equipo de trabajo con la secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Jujuy para el desarrollo de una Diplomatura en Calidad y Ambiente, experiencia de capacitación inédita en el país que uniera estos dos temas, calidad y ambiente. Esta actividad académica estaba programada para desarrollarse en el segundo semestre del año, con inicio en agosto y finalización en diciembre. En los primeros días del mes de julio se finalizaron todos los trámites preliminares y de preparación de la documentación para la firma del Acta acuerdo entre la Univer-sidad Nacional de Jujuy, el ministerio de la Producción y el Instituto de la Calidad. Alrededor del 10 de julio se entregó toda la documentación al despacho del ministro. La actividad propuesta se autofinanciaba con los ingresos que debían pagar los participantes en la diplomatura. Para el estado provincial esta actividad tenía costo cero. Ya han pasado más de sesenta días sin que tengamos ninguna noticia sobre el particular, con lo que, a esta altura de los tiempos, la actividad resulta de muy difícil realización para el año en curso, situación que genera un atraso de seis meses en el plan de incrementar los servicios de certificación ya que sin esta masa crítica de consultores en calidad-ambiente no es posible atender la creciente demanda para asistir al sector empresario provincial interesado en incorporar estos conceptos a su actividad económica particular.
Ante esta situación el directorio, en reunión ordinaria del 30 de julio, solicitó una audiencia especial con carácter de muy urgente, al sr. gobernador de la provincia. Fuimos recibidos el viernes 15 de agosto. Allí le expresamos nuestra inquietud y desazón por las demoras que afectan los planes de trabajo institucionales y nuestras expectativas. Solicitamos su intervención para resolver aquellos problemas de gestión que impiden alcanzar los objetivos y que pueden permitirnos reposicionarnos en el conjunto de provincias argen-tinas. A más de un mes de aquella entrevista las cosas están en el mismo punto, casi como si no hubiéramos hablado con él.
Nuestra provincia tiene, desde lo normativo, herramientas para acelerar nuestra inclusión en el país y el mundo, tiene también herramientas para mejorar la participación de distintos actores sociales en las decisiones provinciales especial-mente aquellas que permitirían transformar la realidad social, económica, productiva y laboral de la provincia.
Dijo el gobernador el 1° de abril en su mensaje: “…Necesitamos, sin medias tintas, un Estado dinámico que incremente su capacidad de respuesta…”
Lamentablemente, una vez más vemos que aquel dicho popular: “del dicho al hecho hay mucho trecho” sigue teniendo una validez inapelable.
