Demostrando lo tan cierto que es aquello que la Historia es un diálogo entre el pasado y el presente, esta entrevista con el historiador Felipe Pigna dejó en la radio sabrosas reflexiones sobre polÃtica y educación y, en definitiva, la forma en que el paÃs se mira o no se mira a sà mismo. Uno de los autores que con más frecuencia encabeza los ranking de venta de libros en la Argentina, Felipe Pigna dejó varias pistas para empezar a comprender los por qué de una nación contradictoria hasta el cansancio.
-Jujuy es una provincia en la que la historia pesa mucho en nuestras vidas, como no pasa en otras. ¿Qué saben en Buenos Aires de estas cosas?
-Nada. Prácticamente nada. No se sabe, en general, nada del llamado interior del paÃs. El otro dÃa estaba parado en la estación Ramos MejÃa del tren y leÃa algo maravillosamente espantoso que decÃa: âtrenes para adentro, trenes para afueraâ. Adentro es la capital, afuera es el interior. Es una definición muy categórica de cómo se ve el paÃs desde el Puerto y la ausencia en los planes educativos de la Provincia de Buenos Aires y de Capital Federal de temas nacionales y de historia regional es absoluta. Guemes es un personaje que transita rapidÃsimo por los programas de estudio y hay cosas más graves o tan graves como esa. En lo que hoy es el Polimodal, por ejemplo, gracias a la reforma educativa del año â92, San MartÃn y Belgrano no existen, no están. Son momentos que pasan fugazmente porque se ha considerado que la historia de las biografÃas es una cosa atrasada. Entonces se pasó de aquella historia insoportable de Ibáñez a una historia absolutamente vacÃa de contenido, donde lo más importante es lo procesual que tampoco se da bien. Llegamos a un punto donde hay que reconstruir la Historia. Creo que tiene que ver con el modelo neoliberal, éste que decÃa que no importaban las nacionalidades ni la geografÃa ni las fronteras, que era lo mismo todo.
-Pero mucho antes de los â90 la historia también se contaba de una manera donde regiones como la nuestra quedaban excluidas de la Nación ...
-Es una deuda histórica.
-Tema de siempre,, ¿a qué lo atribuÃs?
-Es curioso, porque no se puede echarle la culpa a Mitre, por ejemplo, porque Mitre es un tipo que recorrió el paÃs, es el inventor del término âguerrillasâ, de ârepubliquetas altoperuanasâ, el hombre que rescató a Juana Azurduy, al cura Muñecas, a todos estos grandes próceres argentino-bolivianos, podrÃamos decir, que defendÃan esta zona. Hay un documento que encontré para el libro Mitos II muy interesante sobre Guemes del Consejo Nacional de Educación de 1907, donde estaba Ramos MejÃa, quién de alguna manera construyó el nuevo panteón histórico escolar en la Argentina, donde dice que después de mucho analizar las cosas, Guemes no puede ni debe ser un prócer nacional porque es gaucho. Esto no tiene tanto que ver con el enfoque mitrista de la Historia, que era más nacional a pesar de ser portuaria con lo que uno no acuerda evidentemente en sus concepciones europeizantes, pero es una concepción mas nacional de la Historia que después, a partir del Centenario, cuando les agarra el pánico a estos hombres de la llamada burguesÃa nacional argentina, empiezan a hacer la historia más portuaria, más concentrada y donde el interior es simplemente un socio. Desde aquella liga de gobernadores pergeñada por Roca, aparece el interior como un socio menor y donde la Historia se centra fundamentalmente en Buenos Aires y el Litoral.
-A mà siempre me llamó la atención el caso de Buenos Aires, que a diferencia de otras ciudades de America Latina, no conserva importantes vestigios de la época colonial. ¿Qué te pasa a vos con eso?
-El único edificio que sobrevive y más o menos es la Casa de Ejercicios, porque el Cabildo es de 1940, del otro no quedó nada. A mà me enoja muchÃsimo, me parece que lo puedo explicar pero no justificar. La explicación es muy fácil: la Buenos Aires afrancesada de fines del siglo XIX donde lo español, lo hispánico eran sÃmbolo de atraso y habÃa que sacarlo. Ahà fue -por ejemplo- cuando se le cortaron al cabildo las alas laterales, se hicieron los grandes bulevares al estilo de ParÃs, lo que también tenÃa sentido ideológico, porque los grandes bulevares tanto en ParÃs como en Buenos Aires, se han usado para poder reprimir más fácilmente al movimiento obrero naciente y habÃa que hacer una ciudad que era la ParÃs del Plata, esa era la Buenos Aires de aquel modelo y cualquier vestigio español quedaba mal. Esa es la explicación y a uno lo enoja más todavÃa.
-Pregunta un oyente â¿ desde la perspectiva del historiador cómo cree que este paÃs puede federalizarse en la práctica?
-Es un tema realmente muy complicado. Desde la perspectiva verdadera, es un paÃs claramente no federal y si uno se pone a rastrear en la historia argentina, hubo muy pocas experiencias de federalismo real. Una, curiosamente, fue la del âMancoâ Paz, la de la Liga del Interior que era unitaria, donde se formó un frente opositor al poder central -que en aquel momento era Rosas-, desde una perspectiva unitaria. Un paÃs muy loco ¿no? Fijate que quedó como el gran campeón del federalismo, Juan Manuel de Rosas, el gran autonomista y el gran concentrador del poder y de la riqueza portuaria a nivel porteño, es decir, manteniendo la lÃnea de que los recursos de la Aduana y el Puerto no se tocan. Pero hablando de lo que pregunta el oyente, creo que hay que empezar por hacer respetar la Coparticipación Federal, que es una vergüenza lo que reciben las provincias y lo que se queda la Nación que vendrÃa a ser el Puerto en definitiva, estamos más o menos como en la época de la guerra civil, consolidado ese poder y la distribución pésima del ingreso. Y además otra cosa: la inexistencia del interior a nivel informativo. El llamado interior del paÃs solamente es noticia cuando hay una catástrofe, un crimen muy sonado. Si no, no existe. Y por supuesto que todo el tiempo pasan cosas buenas e interesantes...
-Y malas, pero no se reflejan y aparte los medios nacionales no permiten que la gente de Buenos Aires tenga una concepción de paÃs.
-Vos lo dijiste recién: los medios nacionales. ¿Son nacionales? No, son de Buenos Aires. Son nacionales porque tienen alcance nacional pero en el llamado noticiero federal de las 7 y de las 8 de la noche, no vas a ver una noticia del interior nunca. Y al tipo de Tilcara le cuentan que está cortada Garay o que en Pichincha hay un pozo muy grande. ¿Qué le puede importar?
-Vos hablabas de lo que pasa con la Historia en los planes de estudio. ¿Conversaste este tema con gente del Ministerio de Educación de la Nación?
-He conversado mucho con el ministro Filmus porque me ha encargado junto a Tristán Bauer la creación del Canal Educativo que va a sacar el Ministerio. Nosotros pusimos dos condiciones básicas. Nos interesa muchÃsimo el proyecto por que es para todo el paÃs. Lo primero es que todas las escuelas tengan electricidad y conexión satelital o cable porque estaba el absurdo de que les mandan televisores a escuelas que no tenÃan energÃa eléctrica. Y segundo punto, ser absolutamente autónomos y no tener encima ningún comisario polÃtico que nos diga la lÃnea de ese canal, lo que fue aceptado por Daniel Filmus y estamos trabajando muy duro y seriamente. Tiene que salir al aire en mayo del año que viene y de esas charlas, por supuesto que uno habla con el ministro de lo que a uno le duele del paÃs, al que recorro y visito muchas escuelas y ahà te das cuenta de dos cosas. La primera es que las escuelas siguen siendo la gran trinchera contra el enemigo, es decir, son la última barrera y los maestros, a pesar de todo lo que les pasa y de las criticas que se les puedan hacer porque hay de todo, siguen cumpliendo su función. Por lo tanto, creo que hay que cuidarlas, de los dos lados. Los docentes cumpliendo con su tarea lo mejor que puedan, y los ministerios provinciales -porque la Ley Federal también tiene esa cuestión, quizás hay polÃticas nacionales buenas que en las provincias no se aplican, esto pasa también- y una cuestión básica para mà es la de los libros. Muchos libros. Las escuelas tienen que estar llenas de libros.
- Algo más: el bipardismo no me cierra en la Argentina actual porque radicales y peronistas se parecen demasiado. ¿Qué lectura haces hacia un mediano plazo?
-Creo que está muy complicado porque hay una crisis de representatividad aquÃ, en todas partes, a nivel mundial. Los partidos están en crisis en todo el mundo. Vengo ahora de Europa y la situación es exactamente la misma, con otro nivel de compromiso ciudadano, eso sÃ, esa es la diferencia. Los ciudadanos tienen en claro sus obligaciones y derechos y los ejercen independientemente de quién los gobierna. Acá no tenemos una educación democrática en ese sentido y los partidos que vos nombraste fueron a su vez muy autoritarios y en el ejercicio del poder han sido totalizadores. El que no era radical en la época de Yrigoyen era antipatria; en la época de Perón lo mismo; con lo cual los que no eran de esos partidos quedaron un poco afuera. Y esta idea totalizadora es muy dañina, creo yo. Esto ha cambiado. Hoy el Peronismo no es lo mismo; el Radicalismo no se sabe qué es, si existe o no existe. Pero quiero decir: me parece que el futuro va a depender mucho de que los polÃticos tomen en serio los reclamos ciudadanos, si se ponen un poco las pilas con lo que le pasa a la gente, independientemente de sus cuestiones internas, de las que ya la gente está harta. En particular, donde vivo yo, Capital y Gran Buenos Aires, la gente está asqueada. Recorro Florencio Varela, La Matanza, las escuelas, los chicos están igual o peor y uno dice: esta gente tiene que estar haciendo otra cosa, más que si Chiche sà o si Chiche no.
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