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Entrevista a Ricardo Slavutsky

El Malón de la Paz. La historia oculta

      Este conmovedor y silenciado capítulo de la lucha de los pueblos indígenas de Jujuy por la propiedad de sus tierras, es tema de investigación del Programa de Memoria de la Opresión, del Museo Arqueológico de Tilcara. El antropólogo Ricardo Slavutsky, director del programa, estuvo en la radio comentando aspectos de esta apasionante indagación.

      â€œEl Malón de la Paz –explicó Slavutsky- es un primer paso del programa y es una investigación que en realidad tampoco está terminada en su totalidad, lo que tiene que ver con su misma lógica. Este es un programa de investigación y transferencia; esto lo que quiere decir de alguna manera que las investigaciones que se producen se hacen para ser transferidas y apropiadas por la gente. No son meramente académicas. Surge de la necesidad de indagar sobre las condiciones de opresión en la Provincia de Jujuy específicamente y básicamente de una historia que está escrita pero donde falta uno de los componentes centrales que es la misma gente que participó, que tiene que ver con la integración compulsiva de los pobladores de la Quebrada, la Puna y el Ramal y esto se extiende en realidad en un amplio territorio del Ramal salteño -Tartagal y Bolivia- hasta los Valles Calchaquíes. Concretamente la integración compulsiva de mano de obra a los procesos de producción capitalistas: minería, ingenios azucareros primero, empresas estatales tipo YPF o AHZ después. Específicamente, el Malón de Paz es un hecho generado en un cincuenta por ciento en la Puna. El resto, en las grandes haciendas que había comprado Patrón Costas que son las fincas Santiago y San Andrés. El Malón de la Paz participa de estos dos componentes. El programa intenta ver qué impacto tuvo esta integración compulsiva al mercado de trabajo en la vida cotidiana y en la forma de constituirse como sujetos de los indígenas campesinos de la Puna, la Quebrada y los Valles”.

-¿Cómo surge este Programa?
-El Instituto es de Investigaciones de la Universidad Nacional de Buenos Aires y una de sus metas es transferir a la región todo el conocimiento que se produzca. Hace unos años que se viene tratando de hacer, no siempre se pudo, y este Programa surge justamente dentro de esta lógica. Por otra parte, como no pensamos que el conocimiento es una propiedad de los académicos exclusivamente y en este sentido, la mayor parte de esta investigación la hizo lo que se denomina personal no docente, quebradeños y puneños que, en realidad, lo que están haciendo es reencontrándose, entre otras cosas, con su propia historia. La que sus padres vivieron; silenciada u oculta.  Empezamos por el tema del Malón de Paz como sub-proyecto  que está en desarrollo.

 

indagar sobre las condiciones de opresión en la Provincia de Jujuy específicamente
porque finalmente lo que recuperan son las versiones “gorilas” de los textos o de los periódicos oficiales
Y si no iban a la zafra, se tenían que ir de la finca, mecanismo clásico de coerción.
-¿Qué otros sub-proyectos tienen?
-Hay otro sobre movimientos sociales mineros, cuestión que también está silenciada en Jujuy. Otro tema es investigar sobre la producción textil en una finca de los Valles Calchaquíes que había comprado Patrón Costas y en la que después se formó una cooperativa. Pero empezamos con el Malón de la Paz porque desde el punto de vista de la historia oral, de la recuperación de la memoria, es un punto extremo en el cual sabemos que vamos a encontrar muy poquitos sobrevivientes. Una cosa que nos parecía curiosa, es que si bien el Malón del Paz es mencionado por todos los textos clásicos que estudian la caña de azúcar o el Peronismo, en realidad no hubo -salvo una entrevista publicada- una investigación histórica que fuera a buscar la palabra de la gente que todavía estaba viva. Esto creo que es un déficit de la formación académica de la practica de la historia porque finalmente lo que recuperan son las versiones “gorilas” de los textos o de los periódicos oficiales.

-¿Y con quiénes se encuentran las personas que están realizando las investigaciones?
-El Malón de la Paz  en realidad ni siquiera se llamaba así. Se llamaba originariamente Caravana de la Victoria y es un movimiento que se da en mayo de 1946. Salen de la Puna, de Queta, Tinate, Abra Pampa, unos meses después de haber ganado Perón las elecciones, todavía no había asumido el gobierno. Es una caravana que se organiza a pie y es una marcha que va a llevar a Buenos Aires un petitorio de devolución de las tierras. Según la versión oficial, es que viene un teniente retirado que se llamaba Mario Augusto Bertonazco con otras personas, funcionarios de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Esto encaja en un momento de movilización político-sindical sobre todo en los ingenios. La versión oficial dice que esta gente organiza la logística y moviliza a la gente y se hace efectivamente la marcha. Son recibidos y alojados por el Ejercito, recibidos por el clamor popular en muchos lados. Hay una versión bastante dudosa de Eulogio Frites que dice que en Pergamino se realizó una marcha de ¡60 mil personas! Pero sí hay una nota, por ejemplo, del Comité de Colonos, reclamando las tierras, que se suma a todo esto. A los pobladores de la Puna se agrega la gente de las fincas Santiago y San Andrés, tierras altas con una zona ligada al Ramal y otra zona ligada a la Quebrada y Puna. Todo eso era de Patrón Costas  que utilizaba toda la zona como un “vivero” de mano de obra para los ingenios con el clásico regalismo de que el arriendo se paga con trabajo en la zafra. Y si no iban a la zafra, se tenían que ir de la finca, mecanismo clásico de coerción. Toda esta gente, que suma 270 personas aproximadamente, llega a Buenos Aires el 1°de agosto. Hay un ingreso que fue verdaderamente importante, con mucha adhesión popular; Perón los recibe en la Casa Rosada, los alojan en el Hotel de los Inmigrantes (curioso ¿no?, ahí los pasean para un lado, para otro. Esto se ubica en un momento complicado para el Peronismo; está discutiéndose el ingreso de la Argentina a la Liga de las Naciones y, aparentemente, algún sector del PJ o el mismo Perón decide que estos indios son molestos, que se vuelvan, que el Gobierno se va a encargar del problema de las tierras pero no en ese momento. La Unión Democrática es un espectro muy amplio que va desde los comunistas hasta los conservadores; los partidos de izquierda. El Radicalismo y los conservadores dicen esto es una demostración de los limites del demagogo y finalmente, se decide que se vayan. Los meten en un tren blindado, con más policías que gente. Cierran las puertas al estilo nazi y el tren vuelve hasta Jujuy sin parar. Llegan y los bajan en Abra Pampa y esto es visualizado por la historia oficial como una gran derrota. Ahora, qué es lo que en principio nos llamaba la atención ¿si esto es una gran derrota, por qué la Puna siempre fue peronista, sigue siendo peronista y se reivindica al general Perón como figura? ¿Es cierto que todo esto fue solamente un artilugio manipulador de un teniente o hay otras cosas? El sentido de la investigación era contestarnos todas estas preguntas.

-Todo un dilema...
-Así es, por que  o el Malón de la Paz había sido una cuestión de poquitos o en realidad no había sido una derrota, tal como se planteaba. Algunas cosas no cerraban directamente, sino habría que pensar que la gente es tremendamente tonta, que se olvida de las cosas. La cuestión es que el Malón de la Paz es reivindicado por muchas de las organizaciones indígenas como antecedente de lucha y también como metodología. De hecho, la gente de Finca Santiago  recuperó las tierras ya, San Andrés, no. Organizan marchas y el lugar desde donde se paran es el Malón de la Paz. Este es el comienzo de nuestra historia. Cuando los meten en el tren blindado, hay gente que se tira y se queda en Buenos Aires y siguen haciendo gestiones y denuncias y son recibidos de nuevo por funcionarios peronistas y el mensaje que se les transmite es “no, ustedes no pagan más arriendos porque Perón va a entregarles las tierras”. Mensaje que llega tres meses después a la provincia. Vale decir, todos los hacendados tipo los Mendoza, los Garay, etc, dejan de cobrar arriendos, no se pagan más, porque en la conciencia de la gente esto implicó una fiscalización, independientemente de que en forma legal hay que esperar hasta el ‘49 para que se expropie, que pase a la Provincia, que la provincia no haga nada hasta el ‘59 que tampoco hace nada y hasta ahora, que tampoco hace nada.

-Ahora se están empezando a entregar tierras....
-Algunas, muy poquito en relación al volumen de dinero que se puso para todo esto durante tantos años. Entonces, creo que la versión oficial, por la cual es Bertonasco quien moviliza, es parcial  y niega luchas anteriores. A nosotros con mucha emoción nos sucedió que una de las personas que entrevistamos en la Puna guardaba un librito (ver recuadro) que relata las luchas de 1918 y una caravana que hacen también, pero no a pie, a Buenos Aires, tres representantes (Colqui, Sajama y Jerez) reclamando por la represión en la Puna. Habla de desaparecidos. Estuvimos en el Archivo de la Provincia y ahí encontramos cantidades de notas reclamando por las propiedades de la tierra de cada uno de los pueblitos.


Cuando el patrimonio se hace nuestro. Malón de la Paz: una historia, un camino.
Ricardo Slavutsky, Presentación Aramayo, Elena Belli, Luis Lamas, Armando Mendoza, Débora Beatriz Sajama.

-Las dos fotos que ilustran esta nota fueron tomadas del trabajo periodístico de Eulogio Frites (al que se alude en la nota) y las fotos, según se consigna en la misma, pertenecen al Tte. Bertonasco y a Atahualpa Yupanqui.


Nunca habían visto
      Es una cosa que uno puede rastrear año por año, persona por persona. Nosotros montamos una exposición, primero en Tilcara, en el mes de enero. Ahí fueron los tres sobrevivientes de la Puna, contaron su experiencias. Una de estas personas que se tiró del tren sigue vivo y le preguntamos por qué se tiró y nos dice: “cuando nos echan, yo no había podido agarrar el poncho que me había tejido mi señora”. Teníamos la foto donde está el poncho y él vino a Tilcara con su señora y le mostraba “el ponchito”. Lo terrible de esto, por eso nos parece una cosa imperiosa, ellos nunca habían visto esas fotos, las suyas, las que están en el Archivo General de la Nación en Buenos Aires. Por que hicieron todo eso y volvieron a la Puna, siguieron su vida cotidiana, peleando más, menos, con los avatares de la historia general, pero nunca se habían visto a sí mismos y su protagonismo, nunca habían visto los diarios, nunca habían visto lo que habían hecho.

El librito
      â€œComo en un cuento de Borges, cuenta Slavutsky, en una casa de adobe y paja de la Puna, un día uno de los sobrevivientes que había participado del Malón nos mostró, como un tesoro escondido, un libro cuidadosamente conservado, denominado ‘Cuestiones de derecho colonial y garantías constitucionales’ del Dr. J. Nicolás Reyes, subtitulado ‘Ante el Exmo. Presidente Constitucional de la Nación los pobladores de la puna norte de la República argentina’. El “Proemio” de Reyes acompaña una nota de Florencio Colqui, Hilarión Jerez y Miguel Sajama que representan a un largo listado de pobladores de todos los pueblos de la Puna, donde se relatan los antecedentes legales que afirman sus derechos sobre las tierras que ocupan, y las luchas y represiones que acontecieron desde la llegada de los españoles a la región”.






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