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Ariadna Tabera

El Ingenioso Hidalgo

Ariadna Tabera

      La larga historia de las impresiones del texto de Cervantes y los cambios en la concepción de la edición, desde aquellas primeras que sólo incluían el texto, pasando por las que mostraban también grabados y los recorridos del caballero, las que aportaban estudios sobre la “lengua de Cervantes”  y las actuales, con la posibilidad del CD rom y las consultas a través de Internet, demuestran el interés del público por este texto durante siglos, las variaciones en la forma de su aproximación a él y los cambios en el “mercado editorial”.

      La edición príncipe de la primera parte de la novela fue realizada en Madrid en 1605 por Juan de la Cuesta, quien ese mismo año sacó una segunda en Lisboa. Sin embargo, esta última pasó por primera hasta que Salvá descubrió la existencia de la primerísima. De ella se imprimieron 750 ejemplares, a un costo de tres maravedíes y medio por pliego. Consistía en el texto básico, sin ninguna clase de comentario editorial, característica que persistió en las distintas ediciones hasta la realizada por la Real Academia en 1780.
      Se sabe por los registros de las naves de Indias del ingreso de la obra maestra de Cervantes a América, que acogió más de trescientos ejemplares, al parecer de la primera de Madrid y de la segunda de Lisboa, desembarcados en Perú y Nueva España (México).
      Otras ediciones tempranas de la primera parte del Quijote salieron en distintas ciudades europeas. En 1607, 1611 y 1617 se imprimió en Bruselas; mientras que en 1608 de la Cuesta sacó la tercera y en 1610 se imprimió en Milán.
      En cuanto a la segunda parte del Quijote, apareció en Madrid en 1615, editada por Juan de la Cuesta y vendida “en casa de Francisco de Robles, librero del Rey N.S.”, según se puede leer en ella. Además, también vieron la luz ediciones de Valencia y Bruselas en 1616 y de Lisboa, 1617.
      En 1780 la Real Academia produjo una versión corregida del texto,  en cuatro volúmenes y en ella se incluyó una introducción crítica, una biografía del autor, análisis de la novela, un estudio cronológico-histórico de las aventuras de don Quijote, junto con una serie de grabados sobre las hazañas del manchego, y un mapa de España para seguir su itinerario.  A cargo de esta edición estuvo Vicente de los Ríos y su tarea consistió en corregir los errores textuales de ediciones previas, a la vez que puso en evidencia las representaciones inexactas de los grabados de versiones anteriores; se opuso a algunos críticos que sólo tenían en cuenta el carácter paródico del texto sobre los libros de caballería.
      Versiones más baratas de la edición de la Academia Española aparecieron pronto en 1782 y 1787, sustituyendo a otras, revelando su popularidad dentro de un público más amplio que no podía acceder a la edición de 1780.  Esa edición más popular fue conocida como “la de Ibarra”.

JOAQUIN DE IBARRA 1782
      La edición en cuestión, basada en la anterior, está compuesta también por cuatro volúmenes pero esta vez en formato octavo. Si bien se trata de una copia exacta en cuanto al contenido, las estampas publicadas fueron  veinticuatro, seis por cada volumen, en lugar de las treinta y tres de la edición de 1780.
      La primera parte de la obra tiene como referencia la primera edición del Quijote en 1605, a la vez que toma las variantes de la publicada en 1608; mientras que para la segunda se tuvieron presentes la de 1615 y la de Valencia de 1616. Asimismo, al comienzo de la obra se inserta la 'Vida y Análisis', biografía de Cervantes realizada por Vicente de los Ríos para la primera edición de la Academia.
      En cuanto a las ilustraciones, cabe destacar que se obtuvieron a partir de los originales de Antonio Carnicero e Isidro siendo grabados por Manuel Salvador Carmona, Selma, Brieva, Moreno Tejada, Ballester, Muntaner, José Fabregat y Barcelon.
      En el año 1787 apareció la tercera edición académica, impresa por la Viuda e Hijos de Ibarra, igual en todo a esta segunda "con la sola diferencia de hallarse dividida en 6 volúmenes para mayor comodidad de los lectores".
      Posteriormente, hacia 1790, varias editoriales y librerías pusieron a disposición de los lectores ediciones de bolsillo. Y, aunque costaban menos todavía, aún se podía observar los grabados sobre las aventuras de don Quijote.
      Luego comenzaron a aparecer ediciones eruditas del texto, ofreciendo la oportunidad a distintos editores de producir aparatos críticos con pretenciones “científicas”. Entre  1797 y 1798 apareció la versión en cinco volúmenes de Juan Antonio Pellicer, bibliotecario del rey y miembro de la Real Academia de Historia. En ella, Pellicer buscó realizar una "nueva edición, nuevamente corregida, con nuevas notas, nuevos grabados, nuevo análisis, y con una nueva adición sobre la vida del autor."
Recién treinta y seis años más tarde, la edición en seis volúmenes de Diego Clemencin, que aún es consultada por eruditos, ocupó el lugar de la edición Pellicier. Triplicó las notas explicativas, no se incluyeron grabados y se caracterizó por pretender corregir la lengua de Cervantes. En lugar de los grabados se publicaron explicaciones históricas, textos literarios paralelos, análisis lexicográficos y comentarios eruditos.

EDICIONES FUERA
DE ESPAÑA
      Las ediciones realizadas fuera de España fueron numerosísimas, lo que puso en evidencia el interés de hispanistas de toda Europa y la existencia de lectores “especializados”, conocedores del español. Una de ellas fue la de  Lord Carteret, conocida como  la " Edición Tonson", que realizó para la reina Carolina de Inglaterra, en Londres (1738). Esta edición cuenta con una serie de grabados hechos por J. Vanderbank. Se trata de una edición costosa, subvencionada por  la condesa Montijo, esposa del embajador español en la corte de San Juan, con el objetivo de divulgar el texto de Cervantes en la versión original. En ella se incluyó, además, un ensayo del Dr. Juan Oldfield, que explicaba el significado alegórico de varios grabados.
      Por su parte, el reverendo John Bowles editó la primera versión española impresa en Inglaterra con un aparato erudito completo. Sin embargo, esta edición londinense fue muy criticada por la posición de su editor, y se vio rodeada de una escandalosa pelea entre Bowles y Joseph Baretti, traductor de diversas obras del español al inglés. A pesar de todo, la edición de Bowles se destacó por su efecto erudito, que, al decir de Pellicer, contribuyó en la incorporación de notas y anotaciones, no así en su interpretación del texto cervantino.
      El interés en la publicación del Quijote en español se fue diluyendo, prefiriéndose las versiones traducidas. Este hecho produjo que la novela de Cervantes se introdujera en la ficción inglesa con gran fuerza, como queda demostrado con la obra del escritor Henry Fielding, también llamado “el cervantes inglés” por sus contemporáneos. (Queda en el tintero, para alguna próxima vez, aquella teoría  -tejida con el mismo hilo que los complots más increíbles- por la que se asigna a Byron, el alquimista inglés, la autoría del Quijote).

EN LA ERA DIGITAL

      A través de Internet es posible llegar a productos y materiales complejos y diversos acerca de Cervantes y su obra, desde la venta de productos, las ediciones en CD-Rom, las exposiciones de grabados, el acceso a los facsímiles, etc. que se puede lograr en la Red, a través del sitio www.cervantesvirtual.com
      De esta oferta se destacan la exposición “Cervantes encantado”, con imágenes la serie de televisión del Quijote; la exposición digital “Don Quijote de la Mancha”, en la que se muestran traducciones e ilustraciones de la obra de Cervantes; junto a diversas páginas de venta de libros y la posibilidad de consultar facsímiles de las cubiertas de los originales, junto a los textos en sus diversas versiones y ediciones.

YAVI
      La localidad de Yavi, en el norte de la Puna jujeña, ha visto entre los siglos XVI y XVIII prosperidad, lujos y nobleza como pocos lugares de nuestro país. Y aún conserva en su recuerdo edilicio parte de ese pasado de gloria y opulencia. De él quedan edificios que recuerdan aquella riqueza: la iglesia y la residencia de los marqueses de Tojo, Patrimonio nacional, donde funcionan el museo y la biblioteca, integrante de la CONABIP.
      Actualmente, la Secretaría de Cultura de la Provincia está realizando una serie de trabajos en el museo, que próximamente será inaugurado bajo la denominación “Museo Provincial de Yavi en el Marquesado de Tojo”. Al respecto, la profesora Cristina Jorge, de Patrimonio, explicó que “este museo no estaba incluido en la nómina de los que pertenecían a la Provincia y una de las características era que la exposición de los objetos no era necesariamente acorde las modalidades de trabajo de la museología”. En cuanto a las innovaciones, la funcionaria indicó que se están realizando trabajos de restauración muebles (una cama, dos sillones, un juego de sala, entre otros) que se expondrán allí, junto a  reproducciones de cuadros pertenecientes al marquesado, entre ellos retratos de los marqueses, que se encuentran en otras localidades como Casabindo y Cochinoca –recordemos que los Campero-Ovando traían de Potosí, Oruro y Cuzco obras de arte y que en Yavi funcionaba un importante taller; el carruaje –actualmente en la Posta de Hornillos-; un molino harinero de la época de los jesuitas.
      Además de ser el lugar de paso de los cargamentos de oro y plata desde Bolivia hasta el Río de la Plata,  hacia el 1600 se convirtió en una hacienda rica en cuanto a su producción ganadera, a la vez que fue centro de la comercialización de los productos derivados de esta actividad, contando con una importante encomienda de nativos.
      El hacendado tarijeño Pablo Bernárdez de Ovando fue el fundador de la hacienda, que a mediados del siglo XVII se amplió desde Rinconada hasta San Antonio de los Cobres.
      El marquesado de Yavi se constituyó en 1707, cuando el rey Felipe V le otorgó el título de Marqués del Valle de Tojo a Juan José Campero y Herrera, esposo de Juana Clemencia Ovando, heredera de la rica hacienda. Campero se convirtió en dueño absoluto de las propiedades de los Ovando a la muerte de Juana, en 1690. Este fue el único marquesado constituido en el  Virreinato del Río de la Plata.

A CUATRO AÑOS
DE AQUEL ROBO
      El 10 de marzo del 2001, empleados de la biblioteca que funciona en la casa -museo de los marqueses de Tojo en Yavi se dieron con que faltaba de su lugar de exposición el ejemplar del Quijote que albergaba dicha biblioteca. Sólo encontraron la huella del calzado del ladrón estampada en la tierra.
      En un comienzo se especuló con que se trataba de la primera y segunda parte del Quijote, impresas en 1608 y 1615, respectivamente. Estos ejemplares constituían uno de los tesoros jujeños menos conocidos y de cuya existencia se había comenzado a hablar en medios periodísticos nacionales a comienzos de aquel mismo año.
      Sin embargo, al ser consultada sobre este episodio, la profesora Jorge, aclaró que “no eran ediciones tan antiguas como se pensaba. Constantina, la persona que lleva el registro y cuida el Museo, me explicó que eran de 1860. En el poco tiempo que he estado en esta función pública me he dado cuenta de que hay muchas leyendas que se tejen sobre los lugares históricos. Por ejemplo, se dice que en Yavi hay túneles y tesoros enterrados. No quiero decir que no sea verdad, sino que las historias suelen ser parecidas en distintos lugares y hay que investigar”.
      Respecto a la importancia de la seguridad en estos espacios de exposición, museos e iglesias, sobre todo aquellos más alejados y que reciben a muchos visitantes,  manifestó que se está colocando alarmas en distintos lugares de Quebrada y Puna y que es fundamental la tarea de registro de todos los objetos que poseen estos museos e iglesias.

Nº1: de lacuesta1605: Reproducción digital de la primera edición de Madrid, de Juan de la Cuesta (1605).
Nº2:delacuesta2ª: Reproducción digital de la segunda edición de Juan de la Cuesta (1605)
Nº3:delacuesta1608: Reproducción digital de la tercera edición de Juan de la Cuesta (1608).
Nº4:2ªparte1615: Reproducción digital de la primera edición de la segunda parte del Quijote, de Juan de la Cuesta (1615).
Nº5:velpius1607: Reproducción digital de la edición de Roger Velpius en Bruselas (1607)
N6:matevat1617: Reproducción digital de la edición de Barcelona de la Casa de Sebastián Matevat (1617)
Nº7: Otra: Reproducción digital de la edición de Barcelona de la Casa de Bautista Sorita, a costa de Juan Simon (1617)
Nº8:Miguel deCervantes-galería de imágenes: Casa de Cervantes en Valladolid.






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