âCuando uno se refiere a un hombre público se esta refiriendo a una persona que puede ser un funcionario y cuando se habla de mujeres públicas se habla de prostitutasâ. Esta desafiante afirmación sintetiza el mensaje central del libro sobre género presentado en Jujuy por la dirigente MarÃa Luisa Storani, coordinadora y fundadora de la Comisión de la Mujer de la Fundación âSergio Karakachovâ. La segunda de los ocho hermanos Storani, estuvo en la radio, cuando se transmitÃa el programa desde la Fundación Jujuy Joven, en las 370 Viviendas de Alto Comedero, donde habló de este trabajo, de la Ley de Cupos y del problema cultural de un paÃs como la Argentina, donde existe una legislación de avanzada en estos temas pero con malos indicadores en la realidad.
-Después de toda esa experiencia, ¿cómo ves el tema de la mujer?
-Hay como una controversia porque de pronto vemos como que han aumentado las denuncias por violencia y por violación. Ahora, en lo personal creo que lo que pasa es que hay más conciencia del derecho y la posibilidad de denunciar, no que haya más casos. Han aumentado las denuncias, y por lo tanto creció el tema en el debate y en los medios porsupuesto., lo que es muy bueno, ya que la información, la discusión el conocimiento ayudan a replantear las situaciones que se viven. Creo que antes existÃan todas estas cosas pero no se visibilizaban asÃ.
-¿En qué contexto se evoluciona?
Tiene que ver con toda la historia de lo que eran los temas de género durante tantos años, la mujer en lo privado y el hombre en lo público. Es decir, tiene muchÃsima correlación todo el accionar y el devenir de las mujeres en la historia argentina con el devenir de las mujeres polÃticas del Siglo xx, porque creo que primero con el voto femenino en 1947 y después la Ley de Cupos, esto hace que a través de todas estas mujeres que logran algunos escaños dentro de las legislaturas nacionales y provinciales, se plantee en la agenda pública de todo el paÃs temas especÃficamente de género y eso hace que se despierten o se exijan polÃticas públicas, que no siempre son escuchadas o cumplidas, pero se van produciendo avances y sobre odo conciencia, claro que estamos muy lejos, no ya del ideal, sino de una inserción más racional que la actual.
-Las leyes y los hechos no siempre se corresponden...
-Nosotros tenemos una normativa nacional que parece del primer mundo, pero siempre decimos, de lo formal a lo real el camino es terrible. Jujuy tiene un alto porcentaje de mujeres golpeadas, lo sabemos por las amigas de la Fundación Juanita Moro, que tienen estadÃsticas serias y mucha información por el trabajo que hacen en y con las bases y esto también se relaciona con la vida de niños, niñas y adolescentes por los derechos sexuales y reproductivos, lo que es un tema de gran complejidad y de difÃcil solución . Reitero, a pesar de tener avances en el ámbito legislativo, tenemos poco en lo real, sobre todo en cómo las mujeres se apropian de esos derechos y esas leyes para ejercer y reclamar lo que efectivamente les corresponde. Además tenemos una situación muy especial que nos diferencia, para bien, del resto de los paÃses del mundo porque tenemos toda la normativa internacional incorporada en la Constitución Nacional a través de la reforma del año â94. Entonces no solamente tendrÃamos que tener una buena legislación adaptada a las convenciones internacionales, a digamos los últimos derechos de las mujeres, sino que deberÃamos tener también polÃticas públicas activas a nivel provincial, comunal y nacional para que funcionen de verdad y se produzcan las transformaciones individuales y sociales para las que esas normas fueron sancionadas..
-Después de estos más veinte años de democracia, lo que se ve -no sólo en Jujuy- es que las mujeres muy âvotablesâ por lo general van empujando a algún hombre que va primero...
-¡Se necesitan más cursos de autoestima! Es terrible. Los radicales somos re-machistas. En el Justicialismo también. Yo asumo lo que me toca como militante radical y sé que esto ocurre. En 1983, con el advenimiento de la democracia, tenÃamos el 6 por ciento de legisladoras; en 1994, habiendo una exigencia del 30 por ciento, llegamos al 25. Ahora estamos bordeando el 30. Funciona como un techo cuando deberÃa ser un piso. La falta de autoestima de las mujeres y esto de no dejarlas avanzar es porque, obviamente, el patriarcado sigue funcionando culturalmente, a todos los niveles: nacional, provincial y municipal. Y hay partidos que son muy funcionales a eso, por ejemplo el PJ y la UCR, pero hasta los partidos chicos que intentan tener otro perfil, se manejan asà no pueden sustraerse porque es muy fuerte la influencia del modelo histórico-cultural instalado. En definitiva, dirÃa que tenemos todos los instrumentos legales para cambiar profundamente, pero parece que lo más difÃcil, lo que más cuesta, es darnos cuenta que tenemos todo el derecho de tomar esa legislación en nuestras manos y encarar el esfuerzo de animarnos a producir el cambio cultural del que hablábamos, cambio que involucra a toda la sociedad en todo el paÃs, como decÃa al principio..
-TÃtulo desafiante el del libro...
-âHombres públicos, mujeres públicasâ, efectivamente, porque el significado es totalmente distinto desde tiempos inmemorables. Cuando uno se refiere a un hombre publico, está hablando de un legislador, de una persona que puede ser un funcionario, un artista, un cientÃfico, en fÃn, alguien conocido por mucha gente; pero cuando se habla de mujeres públicas, se está nombrando a las prostitutas, a las mujeres âde la calleâ, âque hacen la vidaâ. Entonces el tÃtulo implica también una forma de desafÃo, con la idea de que haga pensar, reflexionar sobre la cuestión. Cuando hablamos de mujeres públicas queremos que quede claro que estamos hablando de mujeres polÃticas, que hacen polÃtica en los cuerpos legislativos o en funciones ejecutivas.
MUJERES PUBLICAS. HOMBRES PUBLICOS (Storani, MarÃa Luisa; Pautassi, Laura; Tula, MarÃa Inés; Archenti, Nélida. Silvia Vázquez, compiladora. 2002. Buenos Aires).
Desde la Comisión de Promoción de la Mujer de la Fundación Sergio Karakachoff, y con el auspicio de la Fundación Ebert, este libro fue concebido como un balance de los diez años de vigencia a nivel nacional (y no en todas las provincias) de la denominada Ley de Cupos. Se trata de âun abordaje al impacto del ingreso de las mujeres en la actividad y producción legislativaâ; las dificultades -incluso de las mismas mujeres- para lograr superar el cupo (30 % de las listas), que funciona muchas veces no como un piso sino como un techo de participación. A la vez que refleja la voluntad de muchas mujeres de producir, de incidir en cambios culturales. Para ello, el trabajo dedica dos capÃtulos a la Ley de Cupos: âLos caminos de la inclusión polÃtica, acciones afirmativas de géneroâ por Nélida Archenti y âLa Ley de Cupo en la Argentina: la participación de las mujeres en los órganos representativos de gobiernoâ por MarÃa Inés Tula. El cierre está dado por el capÃtulo âCiudadanÃa y autonomÃa de las mujeres en Argentina, escrito por Laura Pautassi, donde se consideran los aportes del feminismo en cuanto a ciudadanÃa, a la vez que se evalúan las condiciones sociohistóricas para el desarrollo de la ciudadanÃa de las mujeres en nuestro paÃs.
|