La diputada nacional Liliana Fellner sostuvo en la radio, transmitiendo en aquél momento desde la GuarderÃa del Niño Jesús en el Sector B6 de Alto Comedero, que los âpÃcaros de siempreâ se quedan con parte de la ayuda social que manda la Nación y tras cuestionar el accionar de los Consejos Consultivos y de algunas fundaciones, abogó porque se ponga orden en esa maraña de programas y planes que terminan dispersando esfuerzos, fondos y hasta las acciones de recursos humanos bien calificados.
Para la legisladora, âhay mucha desorganización en lo que hace al complejo panorama de la asistencia y ayuda social, porque hay organizaciones que, en algunos casos se complementan y en otros se superponen, entonces ahà es donde se embarullan más las cosas y los beneficios se dispersan. Yo sé que se necesitan miles de copas de leche, miles de comedores, miles de bolsones de alimentos porque la necesidad es muy grande. Pero de alguna forma, en algún momento, hay que organizarse de una forma mucho más efectiva y eficiente. Tanto en la Nación como en las provincias pasa lo mismo. Por ejemplo en Jujuy, hay determinados organismos que superponen acciones y perdemos capacidad de gestión. Claro que en la Nación es más grave. A veces llevamos determinados pedidos de Jujuy y tenemos que recorrer una diversidad de entidades, organismos, direcciones, secretarÃas, es increÃble la cantidad de entes que hay; entes que a veces Se complementan y se complementan bien, pero a veces amontonan y cruzan acciones hasta la insensatezâ.
Ejemplificó âsi quiero implementar una ayuda social para los niños, por ejemplo, debo tener un solo lugar de acción para que desde allÃ, con una buena delimitación, con un ejercicio administrativo ordenado y transparente, con conocimientos técnicos especÃficos y respetando las consideraciones de la gente del barrio, la zona o la región en la que se quiere trabajar, hacer que la asistencia llegue a los niños que más la necesitan, con prioridades claramente establecidasâ.
Hablando de los subsidios anuales con los que cuentan los legisladores nacionales, dijo âel Congreso Nacional le da plata a cada diputado -plata que es de la gente, claro está- para que, conociendo la realidad de su provincia, se distribuya entre aquellas personas o instituciones que más la necesiten. Cada vez ese subsidio es menor, pero sirve, lógicamente puede ayudar. Este año para nosotros fue de 10 mil pesos. Frente a los pedidos, que son muchÃsimos y con la idea de llegar a la mayor cantidad de gente, decidà que era mejor darle todo a una sola institución; concretamente a la Fundación Hospital de Niños, que está con el tema del tomógrafo, al que seguro van a necesitar muchÃsimos niños, o sea muchÃsimas familias, desde la que no tiene un sólo peso hasta la persona que tiene una obra socialâ.
 -Dice una oyente: la pobreza es mucha y no se arregla con bolsones de mercaderÃas. ¿Pueden hacer algo los diputados?
-Si, hay determinadas leyes que podemos hacer, que muchas veces son vinculadas a proyectos o programas que se implementan a largo plazo. Es cierto, el bolsón a lo mejor alimenta hoy a una persona necesitada pero mañana tendrá que seguir pidiendo el bolsón y pasado también. Igual que los planes jefes y jefas de hogar. La ministra Alicia Kirchner, una mujer muy inteligente, poco a poco, a lo mejor con pequeños pasos, quiere reconvertir los planes y su idea de ir suplantándolos con formas que tiendan al trabajo genuino puede llegar a cambiar las cosas, de fondo.
-Como el tema de las cooperativas que fue una idea novedosa...
-Exacto. Hoy estamos con el programa Manos a la Obra, que hay que presentar proyectos concretos para empezar a recibir los recursos para trabajar con tal o cual emprendimiento. Y ahà es cuando yo a veces me enojo y me pongo muy crÃtica, porque hay gente que tergiversa las cosas y se aprovecha de la pobreza de personas y familias. Nosotros hacÃamos los proyectos de Manos a la Obra porque resulta que Jujuy, a pesar de tener un cupo grande, tenÃa muy pocos proyectos presentados. Es decir, no llegaban al Ministerio de Acción Social de la Nación porque las cosas se distorsionaban en una u otra parada de distintos organismo o reparticiones. En este caminar averiguando qué era lo que pasaba, nos encontramos con los pÃcaros de siempre. Es decir, primero los proyectos tienen que pasar por este bendito Consejo Consultivo, que en algunos casos funciona extraordinariamente bien pero en otros está tan politizado que dan ganas de darle una patada al Consejo entero. ¡Por Dios dejemos de politiquear cuando se trata de acción social! He sabido de casos, comprobados personalmente, que va gente con su proyectito a un Consejo Consultivo y le dicen que no, que no se puede hacer nada, u se quedan con el proyecto y a los cuatro o cinco dÃas, alguien muy cercano a un integrante del Consejo lo presenta como propio, sin vergüenza y, lo que es peor, sin control por parte de sus pares o de los organismos correspondientes.
-¿Cómo s resuelven esas cosas?
Vamos lidiando con todo esto y hemos llegado a Nación y, por ejemplo, me entero que por ejemplo hay fundaciones y organizaciones que le cobran a la gente por hacer los proyectos. Me contaban de un programa de huertas y que la persona que hacÃa el proyecto cobraba por hacerlo y, a su vez, después era la que le iba a vender los plantines a la gente dueña, en realidad, de la cuestión. Entonces el negocio se hace para otros, cuando el negocio tiene que ser para la gente. Una verdadera vergüenza y lo que comento no es más que un solo ejemplo de los que conozco.
-¿Qué se podrÃa hacer para aprovechar mejor los esfuerzos que hacen la Nación, la Provincia y las ONG?
-Yo no veo otra forma que sentarnos todos a hablar, coordinar las cosas, conducirlas en conjunto, intercambiando información y acciones. Por ejemplo en Jujuy no está conformado el Consejo Provincial de la Mujer. Estamos perdiendo recursos que pueden venir del Consejo Nacional. Sin embargo, hay ONGs que están trabajando en forma directa y no tienen ninguna gana de que se conforme este consejo provincial, porque perderÃan el manejo de quintitas propias. Es decir, que abramos el juego a todos. Son tres o cuatro fundaciones que en algunos casos están haciendo exclusivamente polÃtica partidaria con dinero que es absolutamente de todos y que deberÃa destinarse a fines más claros. Pero, contestando a tu pregunta, creo que la única manera de achicar el caos y mejorar y eficientizar la ayuda social, es conversando y escuchando, coordinando y planificando todas las acciones entre del Estado y las instituciones intermedias, porque sino vamos a seguir desaprovechando y malgastando los pocos recursos que hay.
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