Para María Inés Brasesco, presidenta de la Unión de Mujeres Argentinas, UMA, es preciso reconstituir el movimiento social en la Argentina. De paso por Jujuy, donde asistió a reuniones con representantes de organizaciones de mujeres y apoyando la filial jujeña de la institución, que encabeza la jujeña Nora Ferreira, miembro también de la mesa nacional. La dirigente dijo en la radio que es necesario “pensar en otros tipos de articulación, diferentes, donde el objetivo fundamental sea la necesidad de ir creando un poder diferente, en este caso entre las mujeres, donde haya más equidad con el poder que tienen los varones”.

-Da la impresión que la UMA, una institución con tanta trayectoria en la defensa de los derechos de la mujer, muestra una suerte de decaimiento, al menos en lo que hace a la difusión…-Es así. Pero eso no quiere decir que no haya tarea y que no haya vigencia  de la organización. El tema de nosotras con los medios masivos es un tema de años. Lamentablemente, si no apareces en TV no existís y los medios no se interesan por nuestras actividades. Nosotras tenemos una tarea de largos años. La UMA se fundó en el ‘47 y hemos logrado cosas como el divorcio, la patria potestad compartida, sin hablarte de la primer lucha que era por el voto. Hemos construido una cantidad de casas de la mujer, del niño, de la adolescente, dentro de un trabajo social de base. En realidad, somos una organización no gubernamental porque surge en los ‘80 toda esta idea que las Naciones Unidas le da un rol diferente al movimiento de las mujeres. En una palabra, suplir lo que deja de hacer el Estado y nosotras somos realmente un movimiento de mujeres, con base, con trabajo los 365 días del año.

-¿Cómo están organizadas?
-A nivel nacional con una comisión directiva y con filiales en algunos lugares. Digo algunos lugares porque esto implica también instalarnos en todas las provincias, lo cual implicaría un aparato enorme tanto económico como de cuadros y no es así. Cuando vos planteas las diferencias de la presencia de la UMA, tiene que ver con que la UMA ha logrado una autonomía del movimiento social de mujeres que antes no tenía. Nosotros reclamamos la necesidad de que los movimientos sociales, no solamente los de mujeres, no sean apéndices de partidos políticos. Creo que cuando el movimiento surge y lo forman los partidos políticos, era normal que fuera así porque era la infancia de los movimientos sociales pero eso fue hace cincuenta años. Pensamos que hacer más de lo mismo no tiene sentido, porque hay una sociedad que ha avanzado pese a que hay un retroceso mundial en cuanto a la ubicación del ser humano, en cuanto a los derechos de los seres humanos, me refiero a los derechos reales y al cumplimiento de los mismos; no a lo formal que existe pero en una sociedad donde hay tantos pobres, tanta miseria, es evidente que el tema de la ciudadanía no se cumple como debería cumplirse si estuviéramos en una sociedad donde hay una justicia distributiva.
      Es bueno siempre tener presente el momento en que estamos viviendo y decir que hay una atomización y una resquebrajamiento del movimiento social y político en general y el de las mujeres en particular y que hoy mas que nunca es necesario el aglutinamiento, la articulación, tratar de superar este resquebrajamiento que existe y que se hace necesario comenzar a pensar en otros tipos de articulación, diferentes, donde el objetivo fundamental sea la necesidad de ir creando un poder diferente, en este caso entre las mujeres, donde haya más equidad entre el poder que tienen los varones.